Kutxabank: eficiencia o solvencia
Villalabeitia destierra la tesis de Mario Fernández y asume la idea de BBK de procurar un mayor dividiendo Los directivos esperan el plan estratégico
El caso Cabiecesesconde más allá de la repercusión política y judicial —ésta, posiblemente escasa— una abierta confrontación sobre los modelos que Mario Fernández y el binomio Gregorio Villalabeitia-Xabier Sagredo pretenden para Kutxabank. El nulo entendimiento entre el anterior presidente del banco vasco y su sucesor en BBK también fundamenta parte de sus raíces en una dicotomía financiera: ratio de eficiencia o ratio de solvencia. Sagredo pretende exprimir el negocio para elevar el dividendo del accionista; Fernández siempre guió “su obra” para hacerla más solvente, para encarar en condiciones más desahogadas el reto del mercado.
Fernández siempre entendió que tenía razón en su estrategia financiera, una actitud reflejo inmediato, sin duda, de esa cuña profesional que siempre ha imprimido a su estilo incontestable. Y cuando se trataba de contrastar las dos estrategias enfrentadas, el presidente no tenía reparo alguno en exhibir su experiencia en el sector por encima de la acotada trayectoria de Sagredo en Ipar Kutxa. Además, le avalaban los resultados con una imagen externa de intachable solvencia cada vez que afrontaba un examen sucesivo.
En paralelo, sin hacer ruido y seleccionando el tiro de los despachos a donde acudir, el presidente de BBK comenzaba a crear un estado de opinión dentro y fuera de esta entidad de ahorro bien diferente. Sagredo entiende que se necesita elevar el dividendo, que la Obra Social es una referencia y que con una mayor eficiencia también se blinda el control de la entidad.
Gregorio Villalabeitia no ha tardado un segundo en tomar partido en este debate estratégico. “Desde el primer día da a entender que habla por boca del máximo accionista que es la BBK”, admitió el sábado una fuente interna de Kutxabank. Otra cosa bien distinta es que todavía no ha explicado cómo lo quiere conseguir. Pero en su primer encuentro con 120 directivos del banco vasco marcó las coordenadas de su línea de gestión: “tenemos que elevar el rato de eficiencia cueste lo que cueste”, sentenció el presidente. Sagredo se sintió fortalecido pero, sobre todo, vio despejado el camino que hasta entonces le eclipsaba una figura de la talla profesional de Mario Fernández.
El PNV acaba con los sobresaltos de la privatización
A partir de este giro, el PNV acaba con los sobresaltos de la privatización. Aquellas continuas y personalistas invocaciones del anterior presidente de Kutxabank a la necesaria entrada de capital privado agriaron las relaciones entre Fernández, el EBB y el Gobierno vasco. Las frecuentes reuniones en la sede del PNV no acercaron posiciones tan alejadas, mientras Sagredo aderezaba mediáticamente un discurso mucho menos alarmista para las instituciones públicas, entidades fundadoras. Es ahí cuando definitivamente el lehendakari zanja la cuestión aguando la tesis de Mario Fernández, a quien solo le quedaba recoger sus papeles consciente de que había perdido la guerra.
A Villalabeitia no le ocurrirá lo mismo porque se da por seguro que quienes participaron en su elección ya le habrán explicado el contexto de su presidencia. “Siempre recuerda que BBK es el 57% de Kutxabank y no tiene ningún reparo en decir que debemos tener en cuenta a nuestro principal accionista”, añaden las mismas fuentes. En el análisis interno se recuerda que “BBK tiene 5.000 millones en Kutxabank y está viendo que hasta ahora obtiene muy poco dividendo por esta inversión”. Así se explicaría el propósito de Sagredo de acometer una estrategia opuesta a la liderada por Fernández que llevaría a olvidarse de “bilbainadas” como es calificada la compra de Cajasur en algunos despachos de BBK.
Mientras, en las escalas inferiores “hay incertidumbre” sobre todo a partir del escándalo provocado por el pago irregular a Cabieces. “No sabemos si van a salir más cosas porque nos consta que se están haciendo más auditorías”, admiten en Kutxabank. Pero, en realidad, la principal inquietud radica en saber cuándo se presentará la nueva hoja de ruta del banco.
Los altos directivos asumen que “acabó la apuesta por ser más fuertes” y que llega “la obsesión por el mayor dividendo”. En este tránsito, los primeros movimientos se detectan en BBK donde se han producido algunos fichajes para reforzar la línea Sagredo, aunque Villalabeitia no ha movido pieza más allá de excluir a Ignacio Sánchez Asiain, director general de Negocio, y comprometer a Fernando López de Eguilaz, responsable de Recursos Humanos y con sensible demostrada en el ámbito de las relaciones sindicales.
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