_
_
_
_
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Große Koalition Katalanisch

El Procés es un combate entre élites, la refundación de CiU y la constatación de que domina el catalanismo

Lo que dicen partidos e instituciones, de pronto, no es percibido como verosímil, acertado o, glups, cierto. Algo importante, si se observa que partidos e instituciones han sido la gran fuente informativa local hasta hace poco. Anyway. En el Estado solo hay dos políticas confesas / sometidas a declaraciones. La recuperación económica y el Procés Català. ¿Existen, o son algo no verificable, como todas las declaraciones oficiales emitidas? El presente artículo intentará dar una respuesta, a día de hoy, al packProcés Català. Para lo de la recuperación, hagan como el Rabino de Vilma: abran la ventana y comprueben por sí solos si el Mesías ha venido hoy. A él le salía que no.

Procés Català. Descripción. En 2012 se inició un proceso gubernamental que debería culminar en 2014, pero que ha dado en el inicio de otro, con la misma agenda y léxico. Fin de la descripción. Lo que invita a verlo como un fenómeno de declaraciones, a remitirles al anterior párrafo, y a dar por concluido este artículo. Pero el Procés, como cualquier otro objeto, es también su sombra proyectada en la pared. Y, en ese sentido, el Procés está proyectando cosas en verdad novedosas, que pueden explicar el futuro mejor que ese cúmulo de declaraciones calculadas para no explicarse, denominado Procés.

Así, el Procés es un combate entre élites. Eso siempre sucede en un fin de Régimen. De hecho, es su prueba del algodón. No solo los hay entre élites catalanas y españolas —con la misma cosmovisión—, sino en todos los biotopos del Régimen sensibles de tener élites. En la cima del PSOE, en la del PP, sin ir más lejos, están a navaja. Si el Procés es eso, conviene recordar como acabaron los anteriores berrinches entre élites. En el 23, el 36, el 39 y el 77, el combate entre el catalanismo conservador y las élites españolas acabó en grandes entendimientos. Y en unos negocios comunes, como se observa cuando se repasa el listado de socios de Pujol Jr. o el patriciado del Caso Palau.

El Procés también es, y esto es muy importante —tal vez lo que más—, el proceso de refundación de un partido. CiU no se presentará a las elecciones del 27S. Lo que venga después, será el artista anteriormente conocido como CiU. CiU, vamos, huye de su pasado —y de esa región del pasado llamada presente—, marcado por la corrupción I+D. CiU marca tendencia. Es muy posible que PP y PSOE le sigan y, a corto o medio plazo, se refunden encima. Es decir, que CiU está mejor situada. Para ello solo le ha bastado no emitir ninguna política efectiva sobre el Procés, la tertulianización de la prensa, y la ANC / AVT / una ONG muy G que —solo ahora empiezan las divergencias en su base—, ha velado por proteger al Govern antes que al Procés. También ha contado con el bonus-track de la inoperancia reaccionaria del Estado, que ha dado sentido a un Procés carente de él. Verbigracia: fiscalía quizás acaba inhabilitando / inmortalizando a Mas por, literalmente, no haber convocado una consulta legal y efectiva. Otro hecho importante: si CiU desaparece, si cesa su actividad, dejará de pagar su deuda. Lo que invita a pensar que ese tramo ya ha sido pactado con su entidad de crédito. Que es la misma que la de ERC. Lo que podría explicar el papel pasivo de ERC en todo esto.

O no. El Procés también ha supuesto la constatación de que CiU domina el marco del catalanismo verticalmente. Lo que sitúa fuera de él, no es percibido como catalanismo. Por lo que ERC se cuida de no alejarse de CiU. Lo llamativo es que ese marco es reaccionario. Es un catalanismo asocial y jubilado en 1931, que se ha transformado, desde finales de los 70’s, en hegemónico. El resultado es que el Procés es también el proceso de defensa de ese marco, en el que se gastan recursos y una energía social llamativa para refundar un partido, y para mantener en la cresta a un catalanismo frente a otro, rupturista, problemático. El fracaso de ese catalanismo, que la operación no dé paso a una CiU para los próximos 35 años, puede convertirse en el fracaso de todo lo contrario, del independentismo.

Hay señales de que eso puede estar pasando. En Grecia, sin necesidad de 2+2 años de proceso, se está emitiendo democracia, soberanía popular y nacional, de una manera nítida y efectiva. Algo dramático para el Procés si se evalúa y se compara lo que ha emitido políticamente Mas & The Procesettes.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

El Procés ha sido, en ese sentido, la forma local del abandono del Bienestar, del recorte de la democracia, de la represión y de la prolongación de la corrupción. Ha sido la forma local de las políticas de la Troika. El Procés, el pacto exCiU-ERC —únicas formaciones que votan esas políticas y apuestan por la prolongación del Procés en su lógica reiterativa e inocua—, es la forma patria de la Gran Coalición. CiU, también, se ha adelantado a PP y PSOE en eso. Un par de años y pico.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_