El ocaso de “doña Helga”, la ‘intendente de hierro’
Schmidt afronta su ocaso en el Palau de les Arts, el proyecto más mimado, junto al de Fórmula 1, por su principal valedor político, el expresidente de la Generalitat Francisco Camps
“Calidad, calidad”. Era la respuesta preferida de “doña Helga Schmidt” para explicar su objetivo principal como intendente del Palau de les Arts y el elevado coste de las figuras de renombre que contrataba. Mujer temperamental, conocida como la intendente del hierro por su carácter y su continua exigencia que le granjearon acusaciones de acoso laboral por su trato y su continua exigencia que no reparaba en horarios nocturnos, Schmidt afronta su ocaso en el Palau de les Arts, el proyecto más mimado (junto al de Fórmula 1) por su principal valedor político, el expresidente de la Generalitat Francisco Camps, del PP, que dimitió en 2011 por el caso de los trajes de la trama Gürtel.
La Generalitat lleva unos meses buscando sustituto para Schmidt. Y ya a finales del pasado verano, la propia intendente mostró su voluntad de dejar el cargo tras la marcha del director de orquesta Zubin Mehta la pasada temporada por los acuciantes problemas presupuestarios del teatro, que el pasado ejercicio logró no tener pérdidas.
Nacida en Viena (Austria) en 1941, Schmidt llegó a Valencia avalada por su labor asesora musical del Covent Garden de Londres y exdirectora del festival Mayo Musical Florentino. Y demostró estar dotada de un innegable olfato para descubrir nuevas voces y de poseer una envidiable agenda de contactos musicales, cualidades que han sido tan destacadas como cuestionada su capacidad de gestión de un teatro cuyo contenido tenía que ser digno de su espectacular continente, el edificio de Santiago Calatrava, según repetía.
Familia de músico
Hija de un director de orquesta, y casada con el barítono italiano Wladimiro Ganzarolli (fallecido en 2010), colaboró con el director musical Herbert Von Karajan y con festivales como el de Salzburgo.
Su gran obra más personal ha sido el Palau de les Arts, al que se ligó en enero en 2000, según la nota de prensa de la Generalitat que anunció la reunión que había mantenido el entonces presidente Eduardo Zaplana con la asesora musical del Covent Garden de Londres y exdirectora del festival Mayo Musical Florentino, para convertir el teatro de la ópera valenciano en uno de los mejores del mundo con una inversión millonaria. Zaplana la introdujo, Camps le dio todo el poder; el actual presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, se lo fue quitando hasta el registro policial de ayer.
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