La marcha a favor de los presos de ETA busca atraer a las bases del PNV
Sare evita la llamada a partidos, pero Sortu confía en la participación 'jeltzale'
Sin amenaza alguna de suspensión esta vez, la manifestación anual de cada mes de enero en contra de la dispersión de los presos de ETA no unirá este sábado a la izquierda abertzale y al PNV en las calles de Bilbao. La excepcionalidad vivida el pasado año al decidir todas las fuerzas nacionalistas asumir la convocatoria de la marcha que había sido suspendida por orden judicial horas antes supuso un auténtico aldabonazo político aunque de escaso recorrido y con una experiencia nada grata para los dirigentes del PNV presentes en el recorrido.
Sortu, partido dominante en EH Bildu, no ceja en su empeño de incitar a la participación del PNV en la marcha del sábado con llamadas expresas a sus bases. Sare, la red social que promueve la marcha, también lo desea porque así reforzaría el peso político del acto, pero sus portavoces, Teresa Toda y Joseba Azkarraga, reiteraron este miércoles que no han realizado invitación alguna “ni a partidos ni a sindicatos sino al conjunto de la sociedad”.
Esta manifestación exhibe las diferencias que los dos partidos mayoritarios de Euskadi mantienen sobre el final de la violencia. Además, su celebración coincide en el tiempo con el significativo desdén que la izquierda abertzale exhibe hacia la última propuesta del Gobierno vasco sobre el desarme de ETA y que, de hecho, ratifica las distintas sensibilidades de ambas partes. El portavoz del Ejecutivo nacionalista, Josu Erkoreka, admitió en Radio Euskadi, que "lo que llama la atención" es “no quiera ni tan siquiera debatirla”.
“Acto lleno de significado”
Sare ha dispuesto para este sábado, en Bilbao, una protesta “con novedades” en contra de la dispersión de presos de ETA, según detallaron este miércoles sus portavoces habituales, Teresa Toda y Joseba Azkarraga. De entrada, no habrá pancartas en el desarrollo de la manifestación, que se iniciará a las 17.30 desde dos puntos distantes como son La Casilla y el Ayuntamiento para confluir en la plaza Zabálburu.
Según los organizadores, a partir de la confluencia se desarrollará un acto "sencillo, pero lleno de significado", dirigido por Fermin Muguruza y Saroi Jauregi. En su desarrollo contará con la participación de bertsolaris y de músicos. A su vez, dos familiares de presos intervendrán en el cierre del acto y los asistentes "alzarán destellos de luz".
Sare adelantó ayer que se espera la llegada de 250 autobuses a la capital vizcaína y confía en reunir la colaboración de 700 voluntarios para garantizar el desarrollo de la marcha que se prevé “numerosa y, por supuesto, pacífica”, además de “aglutinadora y activa”, según sus portavoces.
En este pulso sobre un tema tan nuclear como el futuro de los presos de ETA, la asistencia a la manifestación del próximo sábado se antoja como un termómetro social de indudable repercusión política. De momento, el PNV ya adelantó en diciembre que no acudiría aunque no hizo alusión alguna a la actitud de sus afiliados. Precisamente esa libertad de acción es el flanco que Sortu pretende aprovechar para atraer a bases jeltzales a la marcha y así proyectar la contradicción con la actitud de sus burukides. Este miércoles, el portavoz de Sortu, Pernando Barrena, se mostró convencido en Info7 de que “gran parte de la base social del PNV” estará presente en la manifestación. Lógicamente, destacó que el expresidente del EBB, Xabier Arzalluz, se haya adherido a la marcha.
Consciente de la dimensión política de una marcha que dispondrá de una participación de amplia representación social, el PNV recuerda que seguirá “exigiendo a ETA el desarme unilateral, la revisión crítica de su pasado y el reconocimiento del daño injusto causado”, además de reclamar del Gobierno español “la aplicación de una política penitenciaria acorde con el nuevo tiempo sin armas y sin ETA, así como el fin de la dispersión”.
En medio de esta confrontación entre PNV y la izquierda abertzale, Sare pidió a “todos” los partidos que “saquen de la agenda de la confrontación los derechos de los presos” y que “la pasen a la de los acuerdos”. “No vamos a entrar en el debate sobre lo que tienen que hacer los partidos políticos”, subrayó Joseba Azkarraga, firmante el pasado año de la convocatoria definitiva en contra de la dispersión de los presos de ETA.
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