Muros que alegran la vista
El plan de mejora de paisaje urbano llega a los distritos de Usera y Villaverde
En 1969 el psicólogo estadounidense Phillip Zimbardo dejó en las calles del degradado Bronx, de Nueva York, un coche abandonado. En pocos minutos los transeúntes comenzaron a robar piezas y en unos días el vehículo estaba destrozado. Luego dejó otro coche en un barrio rico, en Palo Alto, California. Aquí no pasó nada, hasta que Zimbardo rompió una de las ventanillas y machacó un poco la carrocería: entonces el proceso fue similar, el coche fue progresivamente maltratado por los habitantes del barrio hasta acabar hecho un destrozo.
Este experimento, en el que se inspiró la teoría de las ventanas rotas, fue recordado por el delegado del Área de las Artes, Deportes y Turismo, Pedro Corral, durante la presentación de la segunda fase del Plan de Mejora de Paisaje Urbano en los Distritos, en esta ocasión en Usera y Villaverde. “Quiere decir que cuando se ve que un espacio degenera, esa sensación se contagia y se acelera la degradación”, explicó Corral. “Queremos que aquí ocurra al revés”. A sus espaldas, en la Plaza Mayor de Villaverde, se veía una colorida intervención del artista urbano E1000, con sus habituales tonos amarillos y morados, que da vida a una ruinosa fachada.
El plan incluye intervenciones sobre muros deteriorados, especialmente en medianeras que han quedado a la vista, en plazas duras y también la mejora de huertos urbanos (como el de San Juan de Ávila en Usera o el de Plata y Castañar en Villaverde) y el desarrollo de proyectos culturales en diálogo con el vecindario. Participan artistas como 3ttman, Laguna, DosJotas o Sam3 y colectivos como Todo por la Praxis, Zuloark, Basurama, PEC, Intermediae, entre otros. “El paisaje urbano es una de las realidades de la ciudad que más tienen que ver con la calidad de vida de los ciudadanos y que más afectan al devenir cotidiano de los vecinos”, dice José Francisco García, director general de Patrimonio Cultural y Paisaje Urbano. “Este proyecto trata de mejorar esa realidad”.
La teoría es que la mejora visual del espacio aumenta la calidad de vida
Las dos patas del plan tienen tiempos distintos. “Mientras que los murales artísticos están terminados, nosotros seguimos en el proceso de diálogo con los agentes del barrio para mejorar los huertos y crear estructuras móviles culturales que colocar en las plazas”, dice Azucena Klett, de Intermediae. La diferencia con Tetuán, según explican, es que allí había una red de agentes culturales ya establecida con la que se operó, mientras que en estos distritos el tejido estaba conformado en mayor medida por asociaciones vecinales. Algunos de los agentes participantes de los distritos son los Jóvenes Creadores de Villaverde, las asociaciones La Incolora, Zofío o Las Ciento Volando o la sala teatral Kubik Fabrik.
La primera fase de este plan tuvo lugar en 2013 como proyecto piloto en Tetuán (intervinieron artistas como Suso33, San o E1000), con tan buena acogida que ha hecho que el Ayuntamiento quiera repetir y continuar durante el año que empieza en otros distritos. El Consistorio apuesta así por el arte urbano permitido. En los últimos tiempos hemos visto grandes intervenciones en la ciudad, como es el caso del Mercado de la Cebada, pintado por Boamistura; la estación de metro de Moncloa, intervenida por la Banda del Rotu, o los muros de la Tabacalera, pintados por varios artistas. Pero persigue y multa el no permitido (hasta 3.000 euros, y 6.000 si se reincide).
“Aquí han mejorado las actuaciones de otros artistas que, aun siéndolo, hacían otro tipo de actividad que muchas veces no era acorde con el gusto de los vecinos”, dice Joaquín Martínez, concejal de Villaverde, “porque en lugar de alegrarnos la vista era al revés. Estas paredes sí son realmente artísticas”.
Sin embargo, en barrios de trabajadores como estos, donde abundan los problemas, parece que algunas veces el arte y los huertos urbanos, aunque ayudan, se quedan cortos.
Durante el paseo de presentación del plan, entre mural pintado y mural pintado, algunos vecinos ancianos con poco aspecto de estar versados en nuevas formas artísticas decían a los concejales: “A ver si arregláis esta barandilla que lleva mucho tiempo rota” o “tenéis que poner bien el parque”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.