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Cocinar para la alta montaña

Ricardo Pérez, chef del Yandiola, ha impartido un taller culinario en la que han participado los escaladores Iker y Eneko Pou

El País
De izquierda a derecha, Iker Pou, Eneko Pou, Ricardo Pérez y Joshe Abando.
De izquierda a derecha, Iker Pou, Eneko Pou, Ricardo Pérez y Joshe Abando. enrique moreno esquibel

Ricardo Pérez, chef del restaurante bilbaíno Yandiola, ha impartido este lunes un taller culinario atípico y con invitados de excepción. Se trataba de aconsejar a dos consumados escaladores, como los hermanos Iker y Eneko Pou, qué y cómo cocinar con las limitaciones que impone una expedición de alta montaña. El laboratorio se ha desarrollado este mediodía en la Alhóndiga, dentro del programa de actividades paralelas de Bilbao Mendi Film Festival.

La alimentación tiene un papel fundamental en una actividad deportiva como es la escalada en alta montaña, que se desarrolla en ocasiones a lo largo de varias semanas en altitudes extremas. Sin embargo, este tipo de expediciones presenta multitud de dificultades a la hora de la selección, el transporte y la preparación de los alimentos, tanto en el campo base como en los vivac que se requiere instalar antes de coronar una cumbre de alta montaña.

En presencia de dos experimentados escaladores como los hermanos Pou y de un psicólogo deportivo especializado en el alto rendimiento como Joshe Abando, Ricardo Pérez ha tratado de conjugar las necesidades de nutrición de estos deportistas y las limitaciones que ofrece la cocina de campaña con las posibilidades de disfrute gastronómico.

“Con creatividad e imaginación se pueden hacer muchas cosas”, ha dicho Pérez

En este sentido, el chef del Yandiola ha resumido en una frase sus recomendaciones a los escaladores a la hora de planificar sus comidas en la alta montaña: “Con creatividad e imaginación se pueden hacer muchas cosas”. Y para demostrarlo ha propuesto un menú compuesto de ragú de ciervo y sopa de pescado.

Los hermanos Pou han seguido con interés las recomendaciones de Ricardo Pérez, e Iker ha explicado cómo se reparten los papeles en el terreno culinario durante sus expediciones: “Eneko se ocupa del ordenador, así que yo hago de chef, aunque mis habilidades se limitan a abrir con maestría los sobres de comida preparada y poner la cantidad exacta de agua en el puchero”.

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