Los ingresos de los escritores en catalán han caído un 30% en siete años
Una encuesta realizada por la asociación de autores en lengua catalana retrata la crudeza de la crisis para el colectivo
El panorama de las letras catalanas es sombrío a juzgar por los resultados de una encuesta realizada por la Asociación Catalana de Escritores en Lengua Catalana (AELC). Esa entidad llevó a cabo un estudio similar hace siete años y la comparación con los datos de 2013 demuestra que los efectos de la crisis económica sobre el estado de la profesionalización han sido devastadores y evidencian la precarización del sector.
El trabajo, realizado con un exhaustivo interrogatorio a los que quisieron contestar: 239 de los 1.262 afiliados, evidencia que los escritores tienen cada vez más problemas para vivir de su profesión, ya sea escribiendo libros, artículos de prensa, guiones o dando clases en talleres de escritura. Con los resultados en la mano, los escritores encuestados ingresaron de media en 2013 unos 3.800 euros anuales por su trabajo y en 2007 percibieron 5.600 euros. Es decir, que en siete años, los ingresos por trabajos de escritura de los miembros de la AELC bajaron un 31,5%. Una disminución que castiga especialmente a las mujeres frente a los hombres, que les doblan en retribuciones. “La percepción generalizada es que, además, el sector no ha sabido reaccionar, que no se ha tenido suficiente apoyo público y que las políticas de recortes han impactado de forma directa en la creación”, ha explicado Guillem-Jordi Graells, presidente de la entidad, en la presentación del trabajo.
Es difícil extrapolar los datos de la encuesta ya que solo se ha realizado a 239 afiliados a la AELC, pero teniendo en cuenta que el número de escritores catalanes es de unos 3.000, sí da una idea del impacto de la crisis en los libros que se editan en catalán. Las gráficas muestran una caída en picado de los ingresos. Especialmente en la franja de los que ganaban entre 5.000 y 10.000 euros en 2007 que han pasado de un 32% a un 6%. Un tercio de los encuestados ha contestado que perciben menos de 100 euros anuales, un 17% entre 100 y 500, un 9% entre 500 y 1.000 euros, un 13% entre 1.000 y 2.000 y el mismo porcentaje entre 2.000 y 5.000, un 7,5% se mueve entre 5.000 y 10.000 y un 8% supera ese listón.
Son muy pocos, un 8%, los preguntados para los que la literatura representa más del 50% de sus ingresos y gran parte de ellos procede de las retribuciones por artículos publicados. Para la gran mayoría, un 85%, lo que perciben por su actividad literaria son inferiores al 15% de lo que perciben globalmente y que en una alta proporción, un 34%, tienen como trabajo principal la docencia en todos sus niveles: desde la primaria a la universidad. Y hay otro 8% de un tercer grupo de escritores cuyas retribuciones literarias representan entre el 15% y el 50% del total.
Los autores de poesía y narrativa tienen una tendencia a tener menos retribución que los que se dedican al ensayo, al teatro y a las publicaciones técnicas. La caída de encargos se ha cifrado en un 20% y las estrategias para capear el temporal han pasado, según los encuestados, por reducir el consumo cultural (21%), aumentar la jornada laboral (12%), la formación en uso de tecnologías y cursos (11%), el cambio a editoriales más pequeñas (un 19%) y la autoedición ha sido la opción para un 10%. Otro dato revelador de las estrecheces es que en la encuesta realizada hace siete años, el recurso a las subvenciones públicas para la creación en catalán solo se veía como una estrategia de futuro para un 18% de los preguntados, un porcentaje que se ha disparado casi a un 47% en la encuesta cerrada el año pasado.
Y si el panorama de los creadores literarios está mal, el de los traductores es peor. Pagos por caracteres traducidos y no por trabajo encargado, con un baremo muy por debajo de la media de Europa y con una escasísima visibilidad del traductor cuando se editan los libros fueron algunas de las realidades denunciadas.
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