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El juez tardó una semana en pedir el arresto del joven fugado en Ferrol

Los padres del chico, con graves problemas mentales, reclamaban su localización

El juzgado de lo Penal número dos de Ferrol dio orden de buscar y arrestar a Diego Rubianes Pita el día 12, justo una semana después de que el joven de Ares, con severos problemas mentales desde la infancia, se hubiera fugado -el día 5- durante un traslado mientras cumplía condena por un delito de lesiones leves. Desde el TSXG precisaron esta tarde que la orden se cursó al día siguiente de recibir el informe del Ministerio fiscal.

Quince días después de su huida, el joven prófugo sigue en paradero desconocido para desesperación de sus padres, que lamentaron públicamente que nadie les estuviera ayudando a buscar a su hijo enfermo y condenado. Su madre, Maricarmen Pita, aseguró este miércoles que nadie les había informado de que ya existiera una orden de detención contra su único hijo. Su caso llegó esta semana al Congreso a través de un pregunta de la socialista Paloma Rodríguez, que interrogó al Ejecutivo central por la fuga del joven aresano, que padece delirios psicóticos.

El juzgado penal número dos de Ferrol condenó a Diego Rubianes el 30 de agosto del 2013 por la agresión a una agente de la Policía Local de Ares que intervino en una trifulca doméstica en la que el chico, de 22 años y 1,80 metros de estatura, se enfrentó violentamente a sus padres a los que ya había golpeado y amenazado de muerte en otras ocasiones, además de prenderle fuego a la casa con ellos .

Diego, al que diagnosticaron un severo trastorno de la personalidad con sólo siete años, huyó mientras lo trasladaban en coche desde el módulo de agudos de psiquiatría del Hospital Naval de Ferrol, donde estuvo interno en un intento de estabilizarlo, al centro terapeútico de Asfedro en O Confurco (Doniños), para tratar su adicción a la drogas, que terminó de agravar sus desequilibrios neuropsiquiátricos.

El joven tenia prohibido acercarse a 100 metros de la casa familiar o mantener contacto con sus padres durante nueve meses, una medida que impuso el juzgado para protegerlos de su propio hijo. El 8 de octubre, el magistrado dio orden de que lo arrestasen para cumplir su condena y, siete días después, lo internaron a la fuerza en el área de Psiquiatría del hsopital ferrolano. Allí permaneció del 15 de octubre al 5 de noviembre. A los 20 días se fugó aprovechando un traslado en coche a un centro terapéutico sin barrotes donde el ingreso y la estancia es siempre voluntaria. El día anterior, el juez había reemplazado el ingreso en el centro médico por la obligación de someterse a tratamiento en Asfedro (Asociación Ferrolana de Dorgas), una medida “no privativa de libertad”. El chico nunca llegó a la comunidad terapéutica de Doniños porque saltó del coche en marcha a medio camino.

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