Xavier Martorell reaparece entre los estibadores del puerto de Valencia
El ex director de Prisiones de la Generalitat, contratado para gestionar un grupo complicado A su antecesor en dirección de la estiba le pusieron una bomba en el despacho
Xavier Martorell, el ex alto cargo de Convergència que dimitió tras verse implicado en el caso de espionaje de la agencia de detectives Método 3, ha dado un golpe de timón a su carrera: desde julio es gerente de la Sociedad de Estiba del Puerto de Valencia. Su primera misión ha consistido en negociar el convenio de un cuerpo profesional complejo: hace años alguien puso una bomba en el despacho de su antecesor. “Buscaban una persona con capacidad de gestionar un colectivo con peculiaridades concretas y la oferta era atractiva”, afirma quien fuera jefe de los Mossos y responsable de seguridad del F. C. Barcelona.
El exalto cargo está imputado por haber estafado presuntamente al Barça. La fiscalía sostiene que Martorell hizo pagar a la entidad por informes de espionaje político que no tenían interés para el club, sino solo para él. El ex director de Método 3, Francisco Marco, lo niega. Igual que Martorell. “No estoy preocupado”, añade quien fuera responsable de Prisiones de Cataluña, puesto que dejó el año pasado al verse envuelto en el escándalo.
La oferta para dirigir la Sociedad de Estiba del Puerto de Valencia (Sevasa-Sagep) le llegó a través de la agencia de cazatalentos Seeliger y Conde, la que fichó a Esperanza Aguirre cuando abandonó la presidencia de la Comunidad de Madrid. Martorell fue uno de los siete candidatos que se presentaron y su salario ronda los 100.000 euros anuales, según fuentes de la Autoridad Portuaria de Valencia. Esa cantidad no ha sido confirmada por Martorell.
“Se buscaba a alguien con experiencia en recursos humanos que pudiera soportar la relación con los estibadores, que son corporativistas y plantean formas de negociación que se salen de lo normal”, indica un directivo.
La primera preocupación en Sevasa-Sagep, cuyos accionistas son las grandes concesionarias de las terminales del puerto de Valencia, como Noatum y MSC, y entre las autoridades portuarias no fueron los problemas judiciales de Martorell sino su procedencia geográfica y política. El ahora gerente ocupó cargos orgánicos en Convergència. En el puerto de Valencia tampoco inquietaban sus posibles simpatías soberanistas sino su potencial relación, formación política mediante, con el puerto de Barcelona, considerado el gran rival del de Valencia.
Martorell disipó los temores asegurando que, superados los 50, su voluntad era iniciar “una vía profesional distinta” y duradera en Valencia. Un directivo portuario afirma que el ex jefe de los Mossos se impuso el proceso de selección al mostrar “el carácter necesario para aguantar las presiones del cargo”. Además de su experiencia con policías y reclusos, el directivo afirma que se valoró su trabajo para “aplacar” a los seguidores radicales del Barça, los Boixos Nois.
Su llegada a la sociedad valenciana, que se produjo como número dos en diciembre pasado, fue recibida con malestar por los estibadores, 1.300 trabajadores con gran influencia en el tráfico marítimo. “Nos tratáis como a presidiarios”, dijeron, según fuentes portuarias, al enterarse de quién era Martorell. Las fuentes añaden que los estibadores han cambiado de opinión, y que su estilo también ha convencido a las empresas operadoras. El ex alto cargo de la Generalitat considera por su parte exagerada la imagen que a veces se ofrece sobre el mundo de la estiba. "No he tenido sensación de riesgo ni de amenaza por parte del colectivo", asegura.
Cuando fue contratado, la imputación de Martorell no parecía un problema. Desde entonces la temperatura en el puerto ha subido varios grados. Su presidente, Rafael Aznar, fue imputado hace unos días por supuesta malversación y el Consell de Alberto Fabra reaccionó anunciando que prepara su relevo. En medios portuarios se considera que si la situación judicial de Martorell se agrava su continuidad será complicada.
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