FCC paraliza las obras de La Peineta y retrasa a 2017 la mudanza del Atlético
La constructora renegocia su acuerdo con el club por razones legales y económicas
La mudanza del Atlético de Madrid desde el Vicente Calderón al estadio de La Peineta sufrirá un nuevo retraso, de al menos un año, y no tendrá lugar en el mejor de los casos hasta verano de 2017.
La empresa Fomento de Construcción y Contratas (FCC) ha paralizado las obras para “adecuar el ritmo en el marco de las negociaciones” que mantiene con el club para “replanificar” su acuerdo. El contrato, firmado en 2010, prevé hacer el nuevo estadio con los beneficios de la venta de miles de viviendas construidas en los terrenos del Vicente Calderón.
La historia se remonta sin embargo a 2008, cuando el Ayuntamiento de Madrid, gobernado entonces por Alberto Ruiz-Gallardón (PP), firmó un convenio con el Atlético para trasladar al club al estadio municipal de La Peineta. El equipo ganaba así un campo nuevo y con 73.000 asientos, 20.000 más que el Calderón. La Peineta, inaugurada en 1994 con un coste de 50 millones de euros, estaba “infrautilizada” y en “un importante estado de deterioro”, según aseguró el Ayuntamiento, que planeaba convertirla en estadio olímpico y eje de su candidatura a organizar los Juegos.
El Atlético se comprometió a comprar la parcela sobre la que se levantaba el viejo estadio, en el distrito de San Blas, por 41,2 millones. El campo en sí se tasó en cero euros, pero el club estaba obligado a hacer otro nuevo en su lugar antes de junio de 2015, con un presupuesto de 195 millones.
10 años de promesas incumplidas
- Julio de 2004.El Ayuntamiento de la capital presenta el primer proyecto para remodelar La Peineta y convertirla en estadio olímpico para Madrid 2012. El presidente del Atlético, Enrique Cerezo, y su consejero delegado, Miguel Ángel Gil Marín, negocian con el Ayuntamiento para recalificar los terrenos sobre los que se levanta el Vicente Calderón, construir en su lugar pisos, y mudarse a La Peineta.
- Enero de 2005. El Ayuntamiento y la Comunidad firman un "protocolo de intenciones" con el Atlético para que el club utilice La Peineta tras los Juegos de 2012. Las peñas del equipo, acuciado por su deuda, se pronuncian en contra.
- Septiembre de 2005. Tras la derrota de Madrid 2012 ante Londres, Gallardón mantiene su proyecto de comprar los terrenos del Calderón y sumarlos al proyecto de parque de Madrid Río a cambio de ceder La Peineta al Atlético.
- Julio de 2008. Con Madrid 2016 ya en marcha, la operación se complica por la quiebra de la constructora Martinsa. El club y Mahou planean construir 1.000 pisos en los terrenos del Calderón y de la fábrica de cerveza. El club busca obtener 260 millones, saldar su deuda (entonces, 130 millones) y lograr dinero para fichajes.
- Diciembre de 2008. Tras 16 meses de negociaciones, el Ayuntamiento firma el acuerdo con el club. La mudanza se fija para 2012. El Atlético ya no obtiene beneficios económicos con la operación: cambia un estadio por otro. Fomento de Construcciones y Contratas ocupa el lugar de Martinsa para hacer 1.800 viviendas.
- Octubre de 2009. Madrid 2016 pierde ante Río de Janeiro. La reforma de La Peineta, que aún no había empezado, ya no corre prisa. En marzo de 2011, el club fija la fecha de la mudanza en 2013. En septiembre, el Ayuntamiento aprueba el plan urbanístico con la vista puesta ya en Madrid 2020. Dos meses después, comienzan las obras. El Ayuntamiento se compromete ante el Comité Olímpico a que estén listas en 2015.
- Septiembre de 2013. Madrid 2020 cae derrotado ante Tokio, y el Atlético retrasa la mudanza a 2016. Ayer pasó a 2017.
Para sufragar estos gastos, el Atlético firmó en junio de 2010 un acuerdo con FCC y con la cervecera Mahou. La constructora derribaría el Vicente Calderón y la fábrica de cerveza contigua, y levantaría en esos terrenos 2.000 viviendas; se encargaría además de soterrar el último tramo de la M-30 para completar el parque de Madrid Río, asumiendo un 57% del coste, estimado entre 80 y 150 millones (el resto, correría a cargo del Ayuntamiento). Los beneficios de la venta de esas 2.000 viviendas cubrirían, según los cálculos del acuerdo, los gastos de la operación urbanística.
Pero a la constructora ya no le salen las cuentas. Según fuentes de FCC, el derrumbe del mercado inmobiliario obliga a replantear las condiciones económicas del acuerdo; las obras se han parado, según estas fuentes “de forma momentánea”, pero lo que ya es seguro es que no estarán terminadas hasta verano de 2017, un año después de lo planeado. A los motivos económicos se suman además, según estas fuentes, la inseguridad jurídica que planea sobre la operación desde hace años.
El Ayuntamiento aprobó en octubre de 2009 la modificación del Plan General de Ordenación Urbana para reformar el área, con los votos del PP (que tenía, como ahora, mayoría absoluta) y la abstención de socialistas e IU. El Gobierno regional (entonces y ahora, en manos del PP) sancionó el proyecto dos meses después, pero la Asociación Señales de Humo (integrada por seguidores del Atlético críticos con la gestión del club) lo recurrió judicialmente.
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) le dio la razón y anuló la operación urbanística en enero de 2012, al considerar que no se ajustaba a derecho por permitir la construcción de torres de viviendas de hasta 17 pisos cuando la ley regional prohibía superar las cuatro alturas. El Ayuntamiento recurrió ante el Tribunal Supremo, y la Comunidad de Madrid cambió la ley del suelo para sortear ese escollo.
El Supremo, sin entrar a considerar la cuestión, anuló el pasado 2 de octubre la sentencia del TSJM al considerar que los magistrados no habían tenido en cuenta a Mahou, y ordenó repetir el proceso judicial desde su inicio.
Entre tanto, bajo el paraguas del cambio normativo aprobado por la Comunidad y sin esperar al desenlace judicial, el Ayuntamiento aprobó en julio un nuevo plan urbanístico que prevé construir dos rascacielos, ocho bloques de pisos y un gran parque sobre los terrenos ahora ocupados por el Vicente Calderón. Las obras deberían comenzar en 2015, una vez concluyan los trámites administrativos, y si no median reveses judiciales (Señales de Humo estudia recurrir el nuevo proyecto), estarán acabadas en 2022 ó 2023.
Límite 2010, 2012, 2015, 2016...
El proyecto para construir el nuevo estadio de La Peineta se presentó el 5 de diciembre de 2011, en un acto con cava y ostras que presidió el entonces alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón.
La fábrica de Mahou ya estaba derribada desde un año antes, y por entonces tanto el Ayuntamiento como el club calculaban que la mudanza se produciría en 2015. El principal apremio provenía de Gallardón, que se había comprometido ante el Comité Olímpico Internacional a tener listo el estadio para ese año.
En septiembre de 2013, una vez que Madrid fue rechazada por tercera vez consecutiva para organizar los Juegos Olímpicos, el consejero delegado del Atlético, Miguel Ángel Gil Marín, anunció que las obras se retrasaban un año, hasta verano de 2016. No sería el último retraso, pero tampoco fue el primero.
El primer acuerdo entre el club y el Ayuntamiento data de julio de 2007, aunque se había empezado a gestar un año antes.
Entonces, la fecha de mudanza se fijó en 2010. Pero aquello fue sólo un protocolo de intenciones; cuando finalmente se firmó, en 2008, el traslado ya se había retrasado a septiembre de 2012.
En 2009, cuando Madrid perdió ante Río en su segundo intento olímpico, el proyecto volvió a retrasarse tres años más.
Unos retrasos sobre el papel, en cualquier caso, puesto que las obras en realidad no comenzaron hasta noviembre de 2011, y antes de julio de ese año ni siquiera tenían licencia. Lo que tampoco supondría un obstáculo, visto que los trabajos se han realizado al menos durante tres años con una autorización municipal provisional: la licencia definitiva estaba paralizada a falta del visto bueno, entre otros, de los bomberos del Ayuntamiento.
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