_
_
_
_

El miedo al contagio del ébola deja sin clientes las peluquerías de Alcorcón

Los centros más próximos al piso de Teresa Romero son los más afectados

F. Javier Barroso
Entrada a la urbanización de Alcorcón onde vive Teresa Romero.
Entrada a la urbanización de Alcorcón onde vive Teresa Romero.carlos rosillo

Carolina tiene una peluquería en Alcorcón, muy cerca del domicilio de Teresa Romero, la auxiliar sanitaria que convalece en el Hospital Carlos III tras ser contagiada de ébola. El miércoles 8, a mediodía, los medios de comunicación informaron de que la enferma había ido a depilarse a un centro de su barrio el 30 de septiembre, cuando todavía ignoraba que padecía la enfermedad. “Hasta entonces íbamos a buen ritmo de trabajo”, cuenta Carolina, “pero justo tras los informativos ya no entró nadie. Esa misma tarde comenzamos a recibir muchas llamadas para anular las citas que teníamos para el sábado”.

La situación no ha variado desde entonces, a pesar de que el establecimiento en el que se depiló Romero permanece clausurado desde hace una semana. Las sillas vacías, los secadores apagados y las empleadas sentadas tecleando en sus teléfonos móviles eran a mediodía de ayer la estampa más frecuente en las peluquerías de esta población de 170.000 habitantes; en especial, en las más próximas al domicilio de Romero.

El jueves —un día después de que los medios de comunicación informaran de que la peluquería a la que acudió Romero había cerrado— fue aún peor para estos establecimientos. En lugar de los 1.000 euros que suelen hacer de media ese día de la semana, la caja de la peluquería de Carolina cerró la jornada con 300 euros escasos. Esa situación se repitió el viernes. “Los periodistas nos acusaban de que había sido en nuestro local donde se había depilado la mujer”, se indigna la propietaria.

El local al que acudió Romero está en el centro de Alcorcón, a 2,5 kilómetros del domicilio de la enfermera. Se encuentra cerrado y, en la puerta, una cartulina escrita a mano señala: “Cerrado por asuntos personales”.

Carolina asegura que mantener abierto su local, en el que trabajan cinco personas, supone solo en gastos unos 11.000 euros al mes. La peluquería lleva seis años abierta y esta ha sido, junto con la subida del IVA del 8% al 21%, una de las peores situaciones que ha vivido. “El problema es que nuestros clientes se hayan ido a otros sitios”, señala. “Nunca hay que darles la oportunidad de que conozcan otras peluquerías, porque el momento es muy complicado para perder clientes”. Y añade que no tiene ni un solo cliente en la cabina de estética: “Solo hay alguna cita para el sábado”.

La situación es aún peor en la peluquería más próxima al domicilio de Teresa Romero. Este local abrió el 1 de septiembre y a la una de la tarde no tenía un solo cliente. “Como somos los más cercanos, con lo de la enfermedad y lo del perro mucha gente no ha querido ni entrar”, explica Rebeca, la encargada. “También nuestra situación es distinta porque, al llevar poco tiempo, no tenemos una clientela consolidada, como otras peluquerías. Eso sí, la semana anterior al suceso nos había ido bastante bien”.

Según Rebeca, las clientas han dado todo tipo de excusas para anular sus citas: “Una mujer nos dijo que no podía venir porque le acababan de llevar a su nieto y no podía dejarlo solo. Otras decían directamente que ya vendrían la semana próxima, sin dar más explicación. En parte es lógico, porque hay mucho miedo al contagio”.

Algunas peluquerías han tenido menos problemas con su clientela. Se trata de aquellas que no tienen zona de estética ni ofrecen depilación. Es el caso de un centro próximo al domicilio de Romero: “Funcionamos como siempre, porque no depilamos y nuestra clientela no se ha sentido amenazada en ningún momento. Nos conoce y sabe cómo trabajamos”, explica la dueña de un local que prefiere no dar su nombre. “A nosotros nos han traído más problemas los periodistas que el ébola”, afirma.

“Ha habido mucha desinformación, y si la gente no sabe nada, se vuelve más aprensiva e hipocondríaca”, añade Isabel, otra profesional de la zona que tampoco se ha visto afectada por la huida de la clientela.

Sin embargo, la situación es radicalmente opuesta a tan solo 150 metros. Una peluquería de reciente apertura y con un llamativo cartel de ofertas en su escaparate permanecía vacía. Y eso que se halla junto a la avenida principal de la zona noreste de Alcorcón, que registra un trasiego continuo de peatones. En la última semana ha perdido al menos el 50% de la clientela. Inés, una de las dos empleadas de este centro, afirma: “Los clientes antes de entrar nos han llegado a preguntar si conocíamos a la mujer infectada. Una incluso nos pidió que le dijéramos si Teresa había estado aquí, porque, si era así, se marchaba de inmediato”.

Sin pleno extraordinario

El Ayuntamiento de Alcorcón no celebrará el pleno extraordinario sobre el ébola solicitado por el grupo municipal socialista, con su portavoz, Natalia de Andrés, a la cabeza. El secretario del pleno, Gabriel Antonio Dotor, ha firmado un informe de tres folios en el que se rechaza su convocatoria. Alega que el Consistorio no tiene competencias en la gestión de las crisis sanitarias.

Los socialistas habían pedido primero la celebración de una junta de portavoces extraordinaria y urgente. El alcalde de Alcorcón, David Pérez (PP), la denegó y argumentó que ya se habían puesto en marcha "todos los protocolos sanitarios que establece el Ministerio de Sanidad".
Es más, en su respuesta apeló a la responsabilidad de la portavoz del PSOE "para no crear ni alentar alarma social y para no interferir en dichos protocolos". "Y puede estar tranquila la oposición, que el gobierno municipal está trabajando desde el primer momento responsable y coordinadamente", añadió el regidor.

De Andrés acudió entonces a la figura del pleno extraordinario. Habían pasado menos de tres días desde que se le había detectado el ébola a la vecina de Alcorcón Teresa Romero. Los socialistas pedían “la máxima transparencia, claridad y veracidad de las informaciones”. Pero el secretario afirma ahora que las mociones de los plenos tendrán “un contenido de competencia estrictamente municipal”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_