Garitano se despide con un descargo de su gestión sin contenido político

Ni una sola alusión a los presos, ni a las víctimas. Sin referencia alguna a la construcción nacional o al derecho a decidir, tampoco al caso escocés y la consulta catalana. Ni mención al denominado Plan de Paz y Convivencia que impulsa su propio gabinete foral. Martin Garitano, diputado general de Gipuzkoa, ha dedicado íntegramente su discurso en el debate de política general de las Juntas Generales -casi 100 minutos de discurso sin interrupciones, sin aplausos- a realizar un descargo de su gestión durante los tres años que está al frente de la Diputación guipuzcoana. Lo ha hecho con un deliberado tono de despedida, un adiós anticipado en los últimos días que el mandatario ha querido hacer oficial en la Cámara provincial.

Si en los últimos años, Garitano aprovechó el principal debate parlamentario del año para exhibir su perfil más independentista, en esta ocasión eludió cualquier comentario de corte político. El año pasado, tendió la mano al PNV para "construir juntos Euskal Herria" y hace dos años reivindicó la necesidad de dar pasos hacia la creación de un Estado vasco propio, porque, según dijo, "el Reino de España no tiene futuro como tal". Sin embargo, en el último debate de Gipuzkoa como diputado general, orilló todas las cuestiones tocantes con lo identitario.

Garitano se centró exclusivamente en los logros conseguidos por el Gobierno foral desde que Bildu accedió al poder en Gipuzkoa en 2011. Se jactó de las medidas aprobadas por su equipo foral para hacer frente a la crisis económica o el peso que ha tenido la política social en su acción de gobierno. Fue desgranando, departamento por departamento, las principales conquistas en materia de medio ambiente, innovación, en movilidad y transporte público, o en participación ciudadana y euskera.

El mandatario foral, que ha iniciado su intervención asegurando que será su "último" discurso en el pleno de política general, ha recordado que aún restan ocho meses para llegar al final de la legislatura y que en este tiempo se marca como retos "avanzar en mejorar la competitividad de las empresas", elaborar un "plan plurianual del mapa de servicios sociales de Gipuzkoa" y "mantener el nivel adquisitivo de los funcionarios forales".

A diferencia de la imagen que ofreció en su estreno como diputado general, cuando lució un pin con el número de recluso de Arnaldo Otegi, Garitano se ha presentado esta mañana con traje, corbata y la insignia dorada de la Diputación guipuzcoana. En la tribuna de invitados, Pernando Barrena y Joxean Agirre, ambos de Sortu, Unai Ziarreta (EA) y Rebeka Ubera (Aralar).

Toda la oposición ha criticado el contenido del discurso de Garitano, a quien han tachado de ofrecer "una visión demasiado idealista", según Markel Olano, del PNV, quien ha añadido que el diputado general "ha colocado una pantalla para tapar todos sus errores durante la legislatura", como la financiación de las carreteras, la política fiscal, la gestión de los residuos o la política económica.

Rafaela Romero, del PSE, ha asegurado que Garitano ha hecho "un balance decepcionante, injustio, electoralista y sin atisbo de autocrítica": "Ha visto Gipuzkoa desde el aire, sin pisar el suelo, porque se ha olvidado de los parados". Y Juan Carlos Cano, del PP, ha lamentado el tono "soporífero, autocomplaciente y sin autocrítica" del mensaje lanzado por Garitano. "Ha sido una intervención sin una mínima referencia política, probablemente como castigo a su partido por despedirle unos días antes de este debate", ha remarcado.