Por una Sagrada Familia peatonal
Los vecinos del templo salen a la calle y se unen a las reivindicaciones de los de la Barceloneta
Más de 200 vecinos del barrio de la Sagrada Familia marcharon este miércoles alrededor del monumento para protestar contra las masas de turistas que deben evadir cada día al salir de casa. Reclaman al Ayuntamiento de Barcelona que peatonalice las calles de Sardenya, Marina y Provença, que rodean el templo, y que limite el aforo teniendo en cuenta las colas de acceso. “No paga ni IBI ni licencia de obras, así que si va a usar espacio público, que pague una tasa como hacen las terrazas”, reclamó Xavier Monge, portavoz de la plataforma Recuperem el Niza, que junto a la Asociación de Vecinos de la Sagrada Familia, convocó la manifestación.
La protesta de los vecinos de la Sagrada Familia se suma a la de los residentes de la Barceloneta, que también marcharon el miércoles en su barrio para exigir un cambio en el modelo turístico de Barcelona. Las asociaciones que agrupan a los vecinos de ambas zonas explicaron que su intención es organizar manifestaciones en cada barrio que se sienta afectado por la “masificación del turismo” y que planean hacer una en conjunto en las próximas semanas.
Barrios en lucha
19 de agosto. Concentración espontánea de un centenar de vecinos de la Barceloneta contra los pisos turísticos del barrio.
17 de septiembre. 200 vecinos de la Sagrada Familia se manifiestan contra la copiosa presencia de turistas en la zona.
20 de septiembre. La Barceloneta volverá a protestar contra el "modelo turístico" del Ayuntamiento.
La abolición de los pisos turísticos también es una de las reivindicaciones de los vecinos del templo de Gaudí. Pero la dificultad para moverse por las calles del barrio es su principal queja. “Estoy harto de recibir codazos. No soy un maleducado, pero a veces se me agota la paciencia”, lamenta Abel Maruny. Pese a haber vivido a pocas calles del monumento durante sus 54 años, explica que no había tenido “fobia al turismo” hasta la visita del Papa Benedicto XVI, en 2010. Mireia Daniel, de 40 años, coincide: “Los últimos años han sido terribles. No puedo ni llevar al niño a la guardería en el carrito”.
El presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB), Lluís Rabell, pidió al Consistorio que abra la puerta al debate del modelo turístico: “Hasta ahora ha intentado acotar la respuesta sobre los apartamentos turísticos, cuando hay otros problemas como la oferta hotelera”.
Al trajín de las más de tres millones de personas que visitan cada año la Sagrada Familia —además de los que optan por verla desde fuera— se suman la proliferación de tiendas de suvenires y supermercados que abren hasta entrada la noche, juergas de jóvenes inquilinos de pisos turísticos y la subida constante del precio del alquiler.
Los manifestantes también reivindicaron que el antiguo cine Niza, donde está previsto que se construyan apartamentos turísticos y un Mercadona, se convierta en un equipamiento público.
El presidente de la Asociación de Vecinos de la Sagrada Familia, Joan Itxaso, afirmó que no pueden más. “Y los hoteleros hablan de llegar a los 10 millones de visitantes”, recuerda, advirtiendo de que la cifra es “exagerada”.
Itxaso asegura que el 25% de los 8.000 pisos turísticos de los que habla el distrito están en el barrio y critica que haya 25 supermercados en la zona frente a las “700 tiendas tradicionales” que han cerrado. Sugiere “gestionar mejor el flujo de turistas y el uso que hacen del barrio” y pone como ejemplo que el templo “suba precios y reduzca visitantes”.
Los vecinos denuncian también que comercios de suvenires se hagan pasar por museos, como la tienda del FC Barcelona de la calle de Mallorca o The Pearl Museum de la calle de Provença.
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