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Aprender a leer la ciudad

Dos muestras fotográficas exploran pasado y presente de la capital a través de su urbanismo

Jardines del Palacio de Oriente.
Jardines del Palacio de Oriente. Ángel Marcos

Para pensar la ciudad a veces hay que aislarse de ella. Ya sea con las majestuosas fotografías en gran formato de Ángel Marcos, invadiendo en el amplio espacio del antiguo depósito de agua de la sala del Canal de Isabel II, o con las mínimas y sobrias imágenes de Manolo Laguillo, expuestas en la diminuta galería Casa sin fin de Lavapiés. Hay muchas ciudades en Madrid y no basta una sola persona para mapearlas: ambos fotógrafos se ponen manos a la obra y registran su visión de la capital (desde las Cuatro Torres a los balcones de Lavapiés) y lo que su piel dice de la gente que la habita.

Los dos tienen experiencia en explorar grandes urbes en busca de ese signo, esa cicatriz arquitectónica, que deje entrever su historia, su ritmo o incluso una hipotética esencia. Ángel Marcos (Medina del Campo, Valladolid, 1955) lo ha hecho entre 2001 y 2010 con Nueva York y su american way of life, La Habana y su realidad revolucionaria, Shanghái y su capitalismo híbrido. Ahora aborda Madrid, ya sin la libertad del extranjero, para incorporarla como cuarto capítulo de ese plano urbano llamado Alrededor del sueño. “Lo que tienen en común todas ellas es que son ciudades que no se han pensado para sus habitantes y cuyo urbanismo obedece a discursos económicos de primer orden”, explica.

El fotógrafo Manolo Laguillo, en la galería Casa sin fin.
El fotógrafo Manolo Laguillo, en la galería Casa sin fin.Luis Sevillano

La médula espinal de la muestra (hasta el 23 de noviembre) es una instalación de 140 piezas, impresas sobre material translúcido que, suspendidas del techo, llenan la caja de las escaleras del depósito. Una “caja de luz” retroiluminada por bombillas en la que el visitante descubre desde los monumentos del centro a los descuidados edificios de la periferia. Esa superposición de imágenes pretende reflejar la naturaleza múltiple de la ciudad: “Cuando hablamos de Madrid, se tiende a asociar con lo que cada uno tenemos más querencia. Pero también es la carretera de Andalucía, donde los coches llegan al tercer piso de las viviendas”.

Manolo Laguillo (Madrid, 1953) huye también del costumbrismo refugiándose en Lavapiés, el barrio histórico menos turístico, “la periferia en el centro” en palabras de la periodista Anatxu Zabalbeascoa, autora del texto de la exposición. Una zona sometida, además, a dos fuerzas opuestas: de un lado, la inmigración, que recoge la tradición popular de sus vecinos “de siempre”; del otro, la especulación que busca hacer de ella la nueva Malasaña. Después de haber explorado la transformación de Barcelona tras la fiesta del 92 o las fricciones entre tradición y turismo de playa en Gandía, Laguillo registra en Lavapiés, julio-agosto, 2014 (hasta el 1 de noviembre) las tensiones del barrio. Todo con una premisa: lo visible sirve para explicar lo invisible, las fachadas narran la vida en torno a ellas.

No sólo lo hacen los primeros pisos de los edificios, sometidos al cambio constante de una carnicería por un bar de copas, una ferretería por una tienda de complementos. El fotógrafo invita a elevar la vista a las plantas superiores, mucho menos cambiantes, en un ejercicio de arqueología inversa: “Para entender lo que nos está pasando y lo que nos puede pasar, hay que entender lo que nos ha pasado. Y esto se puede aprender leyendo la ciudad”. Sus tomas, deliberadamente pequeñas, permiten contemplar de un vistazo un espacio que exigiría, al menos, un giro de cabeza. De repente, las plantas que pasan desapercibidas para el paseante distraído aparecen en escena. Y con ellas, la historia del barrio.

La antigua Tabacalera, en Lavapiés.
La antigua Tabacalera, en Lavapiés.Manolo Laguillo

Como las de Marcos, las imágenes de Laguillo obedecen a una doble voluntad artística. La primera, estética, manejada con una precisa geometría. La segunda, social: “Me interesa la fotografía no solo como documento, sino también como prospección. Los solares, por ejemplo, que son posibilidad. ¿Qué va a construirse ahí?¿Qué tipo de ciudad vamos a escoger?”.

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