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El comité de Navantia asegura que el ‘flotel’ solo emplea a 100 personas

Los sindicatos dicen que se sienten engañados y anuncian movilizaciones en otoño

El flotel de Pemex, archipublicitado desde la Xunta de Feijóo como la tabla de salvación de los astilleros públicos de Galicia, emplea a 50 personas de dos compañías auxiliares de aceros —Maessa y Ainair— y, aproximadamente, a otros 50 del taller de elaborados de Navantia Ferrol. El comité de empresa rebate las grandes expectativas creadas por el Gobierno gallego, cuando promocionó un contrato que anduvo a trompicones desde su anuncio, el 19 de septiembre del 2012, en plena precampaña de las autonómicas, hasta que se cortó la primera chapa, el pasado 22 de mayo. Poco más de cien empleos, entre directos y auxiliares, según los sindicatos, muy lejos de los casi 3.000 comprometidos hace dos años por el presidente Feijóo para Vigo y Ferrol y que él mismo rebajó a un millar este enero, cuando se formalizó el contrato.

La cifra manejada por el comité de empresa apenas tiene relevancia para un sector que ha destruido 4.000 puestos en los tres últimos años y anticipa que no será un otoño plácido para el naval ferrolano. El verano no ha hecho sino agravar los problemas que lastran a los dos astilleros de Navantia en Galicia y los sindicatos anunciaron ayer movilizaciones inminentes todavía sin fecha.

A la larga sequía de contratos militares se le ha echado encima este agosto la negativa de la UE al dique flotante que cierra la vía de las grandes reparaciones navales. El único encargo ya en marcha es el buque hotel para Pemex. No obstante, la obra que el PP enarboló como la redención del naval gallego va con retraso y se ejecuta, según el comité de empresa, con una “desorganización calculada”, sin que se haya coordinado con Barreras, el astillero propiedad de Pemex que construye el segundo flotel en Vigo.

Según la planificación inicial, el buque el tendría que andar ya por el bloque 25 y, por lo pronto, se cuentan seis de los 86 que ensamblan la nave y otros 20 ya cortados sin montar. La factoría de Perlío, que iba a fabricar 24, fue excluida por supuestas incompatibilidades con la normativa de la UE y la adjudicación de los paquetes de obra subcontratada tampoco convence a los sindicatos, que ven cómo empresas de fuera de la ría se llevan el gato al agua ofertando a la baja a costa, sospechan, de ofrecer peores sueldos y precarizar el trabajo. “Tres años después, la cosa está mucho peor”, resume Jorge Prieto, presidente del comité de Fene.

Pero el malestar de los sindicatos tiene otros flecos. El Consejo de Ministros aprobó una suerte de traspaso de Hacienda a Defensa de todas las competencias industriales de Navantia y de la que no fue informada, denuncian, la parte social, que apuesta por mantener el carácter dual (militar y civil) de la empresa naval. Los Comités de Fene y Ferrol también se preguntaron ayer qué planes tiene el Ejecutivo para la antigua Astano cuando expire en enero el veto de la UE que le impedía construir buques civiles.

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