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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

ETA, a lo suyo

ETA ha reaparecido para tranquilidad de unos cuantos, sobre todo en la izquierda soberanista, posiblemente cuando más oxígeno necesitaban

Acompañado por esas reminiscencias de un lenguaje militarista que tanto le cuesta abandonar, ETA ha reaparecido para tranquilidad de unos cuantos, sobre todo en la izquierda soberanista, posiblemente cuando más oxígeno necesitaban. Lo ha hecho para hablar de aquello que le interesa -la enésima fase de su interminable desarme- pero no de lo que realmente importa a los demás -la voluntad individual de sus presos y su disolución que no llega-. Vaya, que tampoco esta vez conmoverá a nadie más allá de quienes siguen pensando que son otros quienes tienen que mover ficha.

ETA se envuelve en sus propias dudas. Casi medio año después de someter a miembros del comité de verificación a una prueba comprometedora para su credibilidad internacional con el aquel patético inventario de armas, es incapaz de aportar una fecha de su definitivo desmantelamiento. Otra vez el recurso al léxico barroco para enmarañar toda visibilidad ¿Cuáles son las estructuras derivadas de la lucha armada que ha superado? ¿Las mentales e ideológicas o el sellado de su arsenal? Desde luego, muchas menos dudas ofrece la perfecta sincronización entre la nueva visita de los mediadores a Euskadi y la irrupción mediática de la banda terrorista.

En pleno debate sobre las responsabilidades derivadas del exasperante inmovilismo del proceso de paz, en medio de un pulso sostenido entre PNV y Sortu y al que no ha sido ajeno desde luego el lehendakari y su Gobierno, ETA resurge para replicar que sigue comprometida con su proceso unilateral ante el descrédito cada vez más generalizado. No sería de extrañar que la izquierda abertzale aproveche este minuto mediático de ETA para afear a Iñigo Urkullu que no recibiera a Jonathan Powell. Pero el presidente del Ejecutivo vasco sabe, sobre bases reales, que no hay movimiento alguno significativo que permita alimentar esperanzas.

Muy al contrario, en el PNV hay una creciente preocupación por el signo del debate en las cárceles entre el colectivo de presos EPPK. Y por ahí es donde tiene que empezar el auténtico comunicado de la banda terrorista. Si a estas alturas todavía se sigue pensando en la salida en bloque de las prisiones, alguien sigue estando fuera de la realidad. Y así es imposible entenderse.

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