El artista Climent Olm abandona más de 600 esculturas en Mussa
Un conflicto familiar le obliga a dejar las estatuas esculpidas en la montaña
El artista Climent Olm ha abandonado su proyecto Rocaviva, el museo de esculturas de granito esculpidas al aire libre en un bosque del pequeño pueblo de Mussa, entre las comarcas del Alt Urgell y la Cerdanya. Un conflicto familiar por el dominio de la montaña ha llevado a Olm a interrumpir un proceso creativo en el que ha invertido los últimos 29 años.
Rocaviva se había convertido en un auténtico museo en plena naturaleza, a más de 1.300 metros de altitud, sin puertas y sin medidas de seguridad. Está formado por más de 600 grandes esculturas y otras tantas pequeñas. El autor ideó el espacio como un laberinto mágico en el que los visitantes pudieran descubrir en cada paso los múltiples mensajes impregnados en su obra, principalmente de humanismo, espiritualidad, ecologismo y libertad.
Olm, que ha vivido los últimos años como un eremita en la montaña junto a sus esculturas, se ha tomado con filosofía el revés que ha supuesto tener que abandonar un proyecto en el que había invertido talento, pasión y mucha salud. “Está siendo un trauma que no sé si podré superar. Un hermano, al que he denunciado por extorsión y amenazas, me hacía la vida imposible. Me estaba matando a cámara lenta y he preferido arrojar la toalla antes que dejarme la piel”, señala compungido.
Las dos terceras partes del terreno donde cinceló las rocas y construyó con sus propias manos la vivienda que domina el parque escultórico son de su propiedad, y el resto pertenece a dos hermanos. A uno de ellos no le gustaba que los turistas pasaran por los senderos de su bosque para ver las esculturas, ni que el artista, que hacía de guía de los visitantes, cobrara una entrada simbólica. “Cuando las cosas no van bien no hay que desanimarse, porque cuando una puerta se cierra, otras se abren”, señala. Olm opina que por cuestiones de salud no volverá a utilizar el martillo, el cincel o la mola eléctrica para transformar las piedras. “Rocaviva seguirá viva mientras dure el granito”, añade con humor.
El conjunto escultórico de Rocavia está declarado bien de interés cultural por los consejos comarcales de la Cerdanya y Alt Urgell. En las esculturas de Olm predominan las caras, las figuras abstractas, los símbolos y los ojos que miran en todas las direcciones tratando de comunicarse con el entorno. Las esculturas más pequeñas han sido trasladadas a La Seu d’Urgell, donde su ayuntamiento organizará una exposición en agosto. Las más grandes permanecerán en la montaña de Mussa. Las instituciones comarcales se han comprometido a conservarlas y promocionarlas. El artista piensa donarlas a la Generalitat.
La obra queda inacabada y el lugar, abandonado. Ahora, como dice en su blog, el acceso a Rocaviva será libre todos los días de la semana. “Mi misión sobre el terreno ha finalizado, pero desde el exilio ciudadano continuaré trabajando por el ideal de Rocaviva, que es seguramente lo que me mantiene vivo”, señala Olm, que ha puesto su casa al servicio de quien quiera disfrutarla temporalmente “para que no se deteriore y acabe cayendo”.
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