El padre del mp3 defiende la investigación como “el pan de mañana”
Karlheinz Brandenburg es investido 'honoris causa' por la Universidad Politécnica de Valencia

Si los archivos mp3 son el pan nuestro de cada día, para su creador, Karlheinz Brandenburg, la investigación “es el pan de mañana”. Lo dijo ayer en la rueda de prensa previa a su investidura como doctor honoris causa por la Universidad Politécnica de Valencia. Brandenburg se refirió especialmente a los recortes en I+D+i en España, pero también en otros países. “No soy quién para decirle al Gobierno español cómo debe hacer las cosas”, matizó, pero advirtió: “la investigación es el pan del mañana”y “recortar en este capítulo va en contra de lo que defiendo como investigador”. El rector de la universidad, Francisco Mora, abundó en el solemne acto posterior.
“Somos un país vulnerable”, diagnosticó el rector, y “los recortes en ciencia y educación de hoy impedirán pagar las prestaciones sociales de mañana”. Era un mensaje “urgente” dirigido a “nuestras máximas autoridades”. En honor al nuevo miembro del claustro, Mora recordó que “cuando los apuros económicos mundiales se agudizaron”, en Alemania los dos principales partidos “acordaron aumentar la inversión en ciencia un 5% cada anualidad”. Brandenburg subrayó que su gobierno aumentó “la inversión en investigación para compensar el déficit privado”. “Los resultados están ahí”, concluyó.
El ingeniero alemán fue investido doctor honoris causa a propuesta de la Escuela Técnica Superior de Telecomunicación por el 25º aniversario de ésta y como reconocimiento al creador del formato digital que, mediante compresión, permite a cualquiera llevar en el bolsillo discografías completas, disfrutar la música desde un teléfono móvil, o intercambiarla por internet fácil y rápidamente. A finales de los 80, Brandenburg, dijo su padrino, Alberto González, “se unió al grupo de pioneros que con una sólida formación supieron aunar varias disciplinas” al objeto de conseguir “la codificación y compresión de la música” abandonando “el concepto de ser fiel a la forma de la onda, para acuñar el de ser fiel a la sensación” que aquélla produce en el individuo. Es decir, obtener una señal que “suene como la música original aunque no sea la misma”, incorporando “de forma decidida, nunca más abandonada, los aspectos psicoacústicos en la concepción de los codificadores de música”.
Aún falta mucho para “conseguir ilusiones acústicas reales”, puntualizó el profesor germano en el acto de investidura, para obtener sensaciones virtuales de apariencia real, porque éstas tienen que ver con la manera en que trabajan nuestros oídos y nuestro cerebro. No oímos “a ciegas”, depende de nuestras expectativas y del entorno. Si el reto al que Brandenburg se enfrentó en los 80 era el de transmitir audio de alta calidad a través de las líneas telefónicas, ahora se abren caminos nuevos como “el de las ilusiones acústicas y los entornos cien por cien” virtuales, que son los retos a que deben enfrentarse los jóvenes investigadores. A ellos brindó un doble consejo: “Intentad lo aparentemente imposible y compartid las ideas”, única forma de “hacer del mundo un lugar mejor”.
Lo imposible es siempre relativo. “Cuando empezamos con el desarrollo” del mp3, dijo en la rueda prensa, “mi equipo fabulaba con la idea de que la tecnología alcanzase a un millón de usuarios; hoy sabemos que lo utilizan mil millones de personas”.
Preguntado por su papel en el nacimiento de la piratería musical digital, el ingeniero alemán declaró no sentirse responsable del fenómeno. “Estoy a favor de que los músicos y el entorno reciban un pago por el trabajo que hacen”, respondió. Explicó que su equipo de investigación estuvo en todo momento en contacto con la industria musical, informándole de sus avances. “Simplemente hubo un desfase de unos cinco años”, manifestó, “desde que la tecnología finalmente estuvo disponible [en 1997] hasta que se crearon los primeros sitios de descargas legales”, un intervalo en el que “los piratas tomaron la delantera a la industria, que tardó en reaccionar".
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