Unda ratifica sus críticas contra las decisiones del PNV sobre Epsilon
El exconsejero de Patxi López se distancia del portavoz del PSE en la comisión
El exconsejero de Industria, responsable del área durante el anterior Gobierno socialista, Bernabé Unda, ha vuelto este lunes al Parlamento para reiterar las denuncias que había realizado durante su etapa como alto cargo del Gobierno vasco en torno a Epsilon y sus reservas sobre el otro proyecto automovilístico, Hiriko, cuyos apoyos públicos investiga ahora la Cámara. Sobre Epsilon ha dejado claro que era una empresa que estaba “muy bien cuidada” por la Administración anterior. “Si el proyecto funcionaba, porque los ingresos eran principalmente públicos, un empresario se quedaba con un proyecto tasado en 22 millones y, si fracasaba, era el parque tecnológico de Miñano [la administración pública] el que tenía que asumir la deuda”, ha resumido.
Se ha refirdoó así a los apoyos del parque tecnológico de Miñano a Epsilon como condición para que la empresa recibiera un préstamo por 16 millones de euros de Caja Vital y Kutxa, que implicaba la cesión de rango hipotecario y la obligación de acudir a subasta para adquirirlo si el proyecto fallaba. Y falló. Epsilon tenía una inversión privada de 92.000 euros, ha recordado, y si hubiera funcionado sus responsables se habrían quedado con una empresa tasada en 22 millones de euros. “La probabilidad de fracaso y de la asunción de responsabilidades por la Administración era elevada”, ha resumió Unda, que ha repetido informes del Ejecutivo en los que se hablaba de una operación con “riesgos”, de dudas sobre si podía ser catalogada como ayuda de Estado y sobre su encaje dentro del objeto social del parque.
El exconsejero, hoy de vuelta en su puesto de trabajo de directivo en una empresa del sector naval, ha recordado que hubo información relevante sobre la mala situación económica de Epsilon que la recibieron por parte de otras empresas del sector o de las cajas.
Unda ha defendido su actuación en 2012, cuando bajo su mandato el parque renegoció con las cajas, ya entonces Kutxabank, y se centró en “amortiguar el impacto económico para el parque” cumpliendo con lo establecido en la ley. Ha querido desmentir implícitamente una advertencia que lanzó semanas atrás el presidente del Tribunal Vasco de Cuentas Públicas, José Ignacio Martínez Churiaque, que tras criticar la operación de 2009 también dudó de que la actuación de 2012 estuviera dentro de la legalidad. El proceso de asunción por parte de la Administración del edificio y la maquinaria de Epsilon ha finalizado el pasado mes de mayo, dos gobiernos después de que se realizara la operación.
Ante las dudas que ha suscitado la postura del PSE en la comisión de investigación, partido al que prácticamente a diario se le ha acusado por parte de otros grupos como EH Bildu o UPyD, de “obstaculizar” junto al PNV la investigación, los planteamientos de Unda dejaron patente cierta distancia entre él y el portavoz socialista en la comisión. Pese a haber formado parte de un Gobierno socialista, las preguntas del parlamentario Vicente Reyes y las respuestas de Unda a este dejaron claro que no hubo una preparación conjunta de la comparecencia. Es más, respondió a Reyes con la misma frase que a UPyD, resaltando que esas preguntas se las tendría que hacer a otras personas, en referencia a los cargos anteriores del PNV.
La comisión de investigación finalizará este martes la ronda de comparecencias para embarcarse en el proceso de elaboración de los documentos que se convertirán, para mediados de julio, en el dictamen de este foro de análisis de las responsabilidades públicas.
“Hiriko no tenía visos de acabar en el mercado”
Frente a la crítica contundente contra Epsilon, el exconsejero de Industria Bernabé Unda ha utilizado otro tipo de palabras hacia el proyecto Hiriko, que también terminó fallando. Unda ha resaltado ante la comisión de investigación que analiza si fue correcta la actuación pública en torno a ambos proyectos que Hiriko "podía haber funcionado" si hubiera logrado la homologación de los prototipos que se crearon y hubiera conseguido socios que invirtieran para comercializar el vehículo o grandes marcas que lo compraran.
En la situación en la que se encontraba, sin embargo, sin un “inversor real” y sin lograr la homologación de sus avances, el proyecto de investigación y desarrollo “no tenía visos de acabar en el mercado”.
Hiriko era “ambicioso pero muy complejo”, y contaba con “desarrollos tecnológicos interesantes”. El Ejecutivo socialista aportó ayudas dentro de la convocatoria competitiva Etorgai al consorcio de empresas, pero apostó por la “prudencia”, aseguró el exconsejero, y fue concediéndolas año a año en vez de con plazos más largos porque el baile de empresas en el proyecto y otros factores les llevaron a tomar ese tipo de decisiones.
Para el traspaso de poderes con el actual Gobierno, Unda aseguró que explicó al equipo de Arantza Tapia que "siguen contando con que la Administración les dé 20 millones" y añadió a los parlamentarios que los que tenían que poner las empresas involucradas en el consorcio. "Nos pidieron ayudas nominativas y las negamos", resaltó.
“Control sí, advertencias todas y mensajes de que había que hacer un plan diferente; tres años después pusieron a una persona solvente”. Esta persona era Armando Gaspar, que entró en el proyecto con un cambio del mismo y con el objetivo de comercializar el vehículo. Las modificaciones suponían que las tripas fueran las de un coche tradicional, lo que generó críticas en algunas de las compañías del consorcio e impulsó que algunas personas abandonaran el proyecto.
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