Miquel y Costas se implanta en Brasil, donde estudia levantar una fábrica

El grupo papelero Miquel y Costas cerró el año pasado con una facturación de 190,3 millones de euros (un 4,4% menos que el ejercicio anterior) y con unos beneficios de 27,1 millones, un 1,1% menos, un descenso que la firma atribuye al incremento del precio de las pastas de papel y la energía. El Grupo, que exporta el 80% de la producción, tiene como principales proyectos de futuro implantarse en Filipinas, de donde extrae la materia primera para fabricar bolsas de té, y Brasil, un mercado importante en el que la compañía estudia incluso abrir una fábrica. En los dos próximos años invertirá un total de 30 millones de euros.

El presidente de la cotizada, Jordi Mercader, ha subrayado en la rueda de prensa previa a la Junta de Accionistas en Barcelona que 2013 "fue un año difícil por la caída de ventas como consecuencia de la caída del consumo de tabaco y también de los precios", una coyuntura que la firma ha combatido "optimizando costes, aumentando la productividad de las plantas y lanzando nuevos productos". Con todo, el ejercicio pasado se cerró con un excedente de tesorería de más de siete millones de euros y un flujo de caja de 42,5 millones después de impuestos. Miquel y Costas realizó el año pasado inversiones por 23 millones de euros y gastó 3,6 solo en investigación y desarrollo.

Con fábricas en Sant Adrià del Besòs y La Pobla de Claramunt (Barcelona) --ésta última operativa desde el año pasado--, Tortosa (Tarragona) y Valencia, el Grupo cerró 2013 con 802 empleados (tras un ERE en la fábrica de Tortosa, en 2012 eran 814). Por líneas de negocio, la producción vinculada a la industria del tabaco sigue siendo la principal, con un 57% sobre el total, aunque ha caído un 5%. En cambio, la producción industrial ha pasado del 19% al 24%, mientras que la ligada a la industria gráfica se mantiene en un 19% del total. Con todo, las ventas ligadas a la industria del tabaco siguen suponiendo el grueso de las ventas, con un 70%.

Otra de las novedades del ejercicio es que tras la salida del accionariado de BMN (antes Caixa Penedès), el porcentaje de acciones en manos de familias se redujo del 50% al 37,6%. El resto del accionariado son capital extranjero en un 24,4% y nacional en un 37,9%. El consejo de adminstración pasará de 11 a 10 nombres.