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Navantia vuelve a cortar chapa

A los talleres les quedan 28 meses de trabajo para construir el buque-hotel

Los operarios trabajando en los talleres
Los operarios trabajando en los talleres KIKO DELGADO (EFE)

El astillero ferrolano de Navantia ha cortado la primera chapa de acero para la quilla del flotel que construirá para Pemex. Fue una maniobra sencilla en el taller de elaborados con la plancha de acero de 7 metros sumergida en una piscina de agua para eliminar las tensiones del láser y conducir la corriente.

En la construcción naval, este acto equivale a colocar la primera piedra de un edificio. Ocurre a dos días de la cita con las urnas, en la recta final de la campaña europea del 25M y alimenta el 'electoralismo' que, según los sindicatos, ha rodeado el manido contrato con la petrolera mexicana desde que el principio. El flotel lo anticipó el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, en septiembre del 2012 en la precampaña que lo llevó a la reelección pero no se adjudicó hasta el 28 de enero del 2014. Desde que se anunció hasta que hoy se ha empezado a construir han transcurrido prácticamente dos años -dos campañas y muchos titulares- que han ahondado en la crisis del naval gallego, en subactividad con varios proyectos en el aire y pocos pedidos confirmados en una marea de EREs y miles de empleos destruidos entre las firmas auxiliares de Vigo y Ferrol.

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A los talleres de Navantia les quedan 28 meses de trabajo por delante para construir un buque-hotel de 131 metros de eslora (largo), prácticamente idéntico al que Barreras fabrica en Vigo, para alojar al personal de Pemex (700 personas) en las explotaciones petrolíferas de Campeche. Al corte de chapa no acudieron políticos pero si un representante de Pemex, la armadora. José Luis Hernández Abdala, subdirector de fletamentos de PMI, la filial internacional del grupo, no cierra la puerta a nuevos encargos en Galicia aunque matiza que son proyectos en estudio. “El hecho de que México esté cambiando su reforma energética va a incentivar que Pemex y otras compañías requieran de más servicios de industrias altamente preparadas como Navantia”, manifestó Hernández Abdala. No oculta la intención de los mexicanos de “incentivar la construcción naval” en su país con un nuevo astillero aunque matiza que “serían segmentos diferentes” para recordar que se trata de “buques menores -remolcadores- de apoyo a las embarcaciones de altura”.

La chapa de hoy corresponde al bloque 230 de los 86 que componen el flotel y que se monta como un puzle de planchas de acero y perfiles. En concreto, es parte del doble fondo del cuarto de máquinas y pesa unos 2.000 kilos. Construir el flotel supondrá 150 millones de euros y 1,1 millones de horas de trabajo en taller e ingeniería para Navantia, que logra el primer encargo civil en 20 años y el primer contrato en nuevas construcciones desde 2007. No obstante, la obra es insuficiente para garantizar la ocupación de una plantilla que pasa de los 2.000 operarios. En la fase álgida, entre la puesta de quilla (noviembre del 2014) y la botadura (otoño del 2015), la “curva de empleo” ocupará entre 300 y 400 personas simultáneamente, manifestó Jesús Fernández, jefe del proyecto, aunque puntualizó que “es un dato que aún está en el aire”.

Los Comités de Empresa de Fene y Ferrol no se dan por satisfechos y reclaman más buques y más grandes en el segmento militar de alta tecnología, la especialidad de Navantia. La plantilla directa y auxiliar está llamada hoy a secundar una movilización convocada ya antes de saber que este jueves se realizaría el corte de chapa. Al terminar su jornada, los operarios permanecerán tres horas más encerrados en el astillero del que saldrán caminando a media tarde para sumarse a un acto que han denominado “Verdades del naval frente a las mentiras de la campaña electoral” con tres reivindicaciones muy claras: dique si, veto no y más carga de trabajo. Será a las 18:00 horas en el Cantón de Molíns.

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