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Un camarero tras el neón de Schweppes

Microteatro por dinero representa una obra, dirigida Nancho Novo, en un espacio de lujo situado detrás del emblemático panel luminoso de la Gran Vía

Sergio C. Fanjul
Nancho Novo, Eloy Azorín y Marta Hazas.
Nancho Novo, Eloy Azorín y Marta Hazas.claudio álvarez

Los madrileños, y sobre todo los visitantes, suelen quedarse hipnotizados con la lenta progresión de colores en medio de la noche con la que el neón de la marca Schweppes domina la plaza de Callao. Forma parte ya del imaginario colectivo: no en vano el edificio Carrión (o Capitol), al que está aupado, es comúnmente utilizado como emblema de la Gran Vía (fue el logo en su centenario), de la noche madrileña o de la propia ciudad. Pero, ¿qué hay detrás del panel luminoso? Ese espacio está vedado al común de los mortales, al menos a los que no paguen por pasar la noche en las suites del hotel Vincci Capitol que tiene a sus espaldas. Ayer, la marca de ginebra Tanqueray y el Microteatro por dinero estrenaron una iniciativa microteatral que sucede precisamente en este particular espacio y permite el acceso del público.

La pieza cuenta las aventuras y desventuras diarias de un camarero

La obra Confesiones de un bartender, escrita y dirigida por Nancho Novo y protagonizada por Eloy Azorín y Marta Hazas, que se puede ver los jueves y viernes hasta el 6 de junio, cuenta las tribulaciones de un bartender, "que viene a ser un camarero de toda la vida", explica el director. Aunque no lo parezca visto desde el suelo, el neón tiene la altura de tres pisos, y la obra transcurre en el central, planta décima. El espacio ha sido convertido en un bar y, durante la representación, detrás de la barra y los actores, se ve el colorido movimiento de las luces rastrillando la espectacular vista a la Gran Vía nocturna. Además, a los asistentes (unos 20 por función, que dura 18 minutos) se les invita después de la obra a un gin-tonic en la suite 360.

“Me pidieron una exaltación del bartender”, explica Novo, “y me pasaron un spot en blanco y negro en el que se explicaba cómo era un bartender de cool y de guay… Escribí esta obra parodiando todo eso, en plan cómic: es un camarero al que todo le sale mal”. Las tres escenas de la obra recrean las aventuras y desventuras que un camarero tiene que sufrir en una noche cualquiera de trabajo. Primero, lidiar con los clientes que se quieren escaquear sin pagar la consumición: “Se explica cómo un bartender elegante sabe solucionar eso sin recurrir a la violencia”, dice el autor.Luego, “superar la típica entrada, siempre ominosa, de la policía municipal”, en palabras de Novo, “que pide los cientos de miles de papeles que cualquier hostelero sabe que tiene que tener en regla para que luego le pillen por una gilipollez. Es una crítica a ese tema”. Azorín interpreta al camarero y Hazas, que hace dos papeles, al policía municipal. Su otro papel es el de la novia del camarero que, en la escena que cierra la obra, acude a recoger al protagonista. Es el descanso del guerrero.

Según las últimas estadísticas de Artistas Intérpretes Sociedad de Gestión (Aisge), el 73% de los actores españoles no puede vivir de su profesión, y dice el tópico que los actores y las actrices suelen buscar trabajos alimenticios como camareros. Sin embargo,entre los parcipantes en esta función, ninguno ha estado tras una barra: “Yo he llevado cafés en un redacción”, dice Hazas. “Yo he sido mensajero, llevando paquetes de un sitio a otro”, comenta Azorín. “Pues yo he pinchado música”, dice Novo. Al menos se confirma que un actor siempre tiene que tener un plan b.

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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