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El contrato del nuevo barco no contenta a la plantilla de Ferrol

No coinciden en las previsiones de empleo que el Gobierno baraja para fabricar el buquel hotel de Pemex y el patrullero

Protestas de los trabajadores
Protestas de los trabajadores KIKO DELGADO (EFE)

El contrato de un barco mediano para la Armada estratégicamente anunciado en precampaña no contenta a la plantilla gallega de Navantia. Quieren megabuques militares, un gasero, el dique flotante y abrirse las puertas del eólico marino para recuperar todo el empleo perdido en la industria auxiliar desde 2011 y estabilizar a medio plazo el futuro de los astilleros públicos de Fene y Ferrol después de casi medio año en subactividad, sobre el alambre de unas gradas que siguen vacías.

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Un día después de que el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo y el de la Sepi, anunciaran que Navantia construirá dos BAM (Buque de Acción Marítima), uno en Galicia y otro en Andalucía, unos 1.700 operarios ferrolanos salieron esta mañana a la calle para protestar delante de la delegación local de Hacienda. Caminaron un kilómetro desde el astillero de Esteiro con la maqueta de un gran barco a cuestas que fingieron soldar delante del edificio gubernamental. Era una movilización que ya estaba prevista por el Comité y que mantuvieron pese al anuncio de un nuevo contrato de 400 millones -200 por unidad- con cargo a un “crédito extraordinario” de Defensa que les llega en vísperas del inicio de la campaña europea.

Con esta nueva protesta, dijo el presidente del Comité, Ignacio Naveiras, exigen plazos concretos para los dos contratos anunciados políticamente en la antesala de unas elecciones -el flotel, en septiembre del 2012, y el BAM, ayer mismo- que todavía no han llegado al taller en forma de chapa de acero. Los sindicatos quieren que ambas obras, flotel y BAM, se fabriquen en paralelo para reactivar a la plantilla directa y de las auxiliares, sin perder de vista los otros contratos a los que aspira Navantia como el quinto gasero de Gas Natural, las corbetas de Qatar o el comprometido dique flotante que sigue sobre la mesa esperando una respuesta de la UE que el Comité no considera necesaria. “Es una herramienta de trabajo, no una ayuda de Estado”, insisten. Tampoco coinciden en las previsiones de empleo que el Gobierno baraja para fabricar el buquel hotel de Pemex y el patrullero. Rebajan 2.000 estimados del flotel a 600 en los picos de mayor actividad y dejan los 500 del BAM, en 260 en dos contratos que califican de “electoralistas”. “Es de sinvergüenzas y es una desfachatez dejar correr la solución hasta un momento preelectoral”, declaró Ignacio Naveiras (CCOO), presidente del Comité ferrolano. Para el regidor ferrolano, José Manuel Rey, no hay “relación directa” entre un contrato militar que se esperaba desde febrero y el inicio de la campaña europea que arranca a medianoche.

En una entrevista en la Radio Galega, Rey dijo esta mañana que este encargo militar evita “una tercera reconversión” y aporta “una ocupación razonable” a las factorías de Fene y Ferrol. “Me hubiera gustado que se produjera hace dos meses para no enturbiar nada pero el contrato está por encima de la campaña y de cualquier otra cosa”, manifestó el popular. Los trabajadores de Navantia en la ría están decididos a llevar adelante su propia campaña por nuevos contratos y el viernes a mediodía harán su pegada de carteles en la puerta del astillero para exigir “soluciones definitivas” para el naval público frente al goteo de contratos. “Son bienvenidos pero insuficientes”, concluyen.

 

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