La rebelión de las letras

Las palabras se convierten en algo más que un término lingüístico en la muestra que el arquitecto y urbanista Rafael Rivera (Valencia, 1950) presenta el jueves 8 de mayo en Godella. La exposición es el resultado, explica el autor, de lo que sucede “cuando las letras se sublevan y deciden componer significados distintos delante de un mundo que está cambiando las reglas del juego y rompiendo el equilibrio de la balanza social”.

Las creaciones metalingüísticas de Rivera, que podrán visitarse hasta el mes que viene en el centro de arte Villa Eugenia de Godella, juegan con el color y la tipografía buscando significados que no se aprecian a primera vista. Unas hacen sonreír, otras invitan a indignarse y todas hacen pensar.

“Son mensajes lanzados al mar de las paredes, pero no en una botella, sino dentro de las palabras, esas que han estado conviviendo con nosotros desde siempre, inocentes, y ahora se empeñan en transformarlo todo con una rebeldía inesperada. Mensajes que tienen algo de análisis, de investigación, de fantasía y, por qué no, de juego”, explica el arquitecto y profesor de urbanismo, autor de trabajos tan diversos como el Gulliver (la gran figura del personaje literario que descansa en el viejo cauce del río Turia) o las plazas de Godella, donde reside desde hace casi tres décadas.

La exposición enlaza con la tradición de otros grandes jugadores de palabras como Ramón Gómez de la Serna, Coll, Joan Brossa, Groucho Marx, Eduardo Galeano, Woody Allen, Julio Cortázar o Quino.

“Las letras se agrupan a su antojo, cambian de color, se transmutan ligeramente en dibujo, y nos dan un resultado que modifica el sentido de todo, con la complicidad del visitante, que se convierte en protagonista al cerrar el círculo”, explica Rivera, que en esta ocasión firma Herráez para subrayar así, explica, que su madre “fue mucho más que un segundo apellido”.