Perplejas madres
Hay pocas embarazadas en la publicidad y se arma un revuelo por un anuncio que tiene su ironía
La perplejidad no es un estado de ánimo, es la madre del cordero y de todo el rebaño. Si hiciéramos la lista de lo que nos deja estupefactos no acabaríamos nunca. Pero ciertos episodios sobrepasan el nivel y añaden salsa al desaguisado. Un anuncio televisivo de una marca de ropa en la que la modelo pincha condones (dos) ha molestado mucho. Tam-tam de las redes sociales. Y la consejera de Benestar Social pide al Govern que obligue a la firma a retirar el anuncio. Si a Benestar Social (¡!) no le subleva nada más, con tanto como tiene a su cargo, que venga aquel y lo vea.
Este revuelo ha sido programado por los publicitarios del anuncio, seguro. Han logrado que un spot de vida efímera tenga enorme repercusión y, por seguidismo de las redes sociales, pase a los anales de la Generalitat. Pues era un anuncio efímero, sí, para durar nada, una semana como mucho. Su objetivo eran las compras del Día de la Madre: ya pasó, ya está. Aunque, como ha tenido tanto eco, me dicen que todavía está en antena. Venga, que esto es como lo del cerdo, todo se aprovecha.
Una celebración provocativa de las ganas de una mujer joven de quedarse embarazada, incluso como juego, porque el vestido le queda bien. Sigue un lema: Tú decides. No me digan que no es irónico. Remite a un clásico: la mujer decide sobre su cuerpo, libertad duramente lograda que el Gobierno central se quiere cargar. Es un tú decides que da la vuelta a la decisión que una mujer puede tomar sobre el aborto, al margen de lo que desee el padre del feto. Aquí decide lo contrario.
Las críticas argumentan que un condón agujereado es un peligro sanitario, que el futuro padre también tiene algo que decir en el asunto
Por otra parte, el tú decides, en el contexto catalán, se refiere en estos tiempos de manera casi únivoca al derecho a decidir la independencia. La reunión del Govern para tratar del anuncio ¿hizo bromas al respecto antes de pasarlo a sus expertos? Al cabo, decidir constituirse en Estado no deja de ser una forma de la nación de quedarse embarazada y empezar un camino tan largo y complejo, lleno de dificultades y de ilusiones como lo es la crianza de un hijo, y para lograrlo a menudo hay que hacer cosas extremas (la resolución de los expertos ha sido, claro, que el tú decides vale).
En eso estaban pensando los creativos. Hay que arriesgar. Si la joven no pincha los preservativos habría llamado la atención igual, estoy segura, pero no habría provocado esa reacción que hace un siglo se llamaba escándalo y que desde hace mucho no es más que una estrategia mercantil sofisticada para que hagamos gasto. Y entonces la idea genial: pinchar los condones. Las redes sociales “se encenderían” y se armaría la gorda. Y así ha sido. El equipo de Don Draper, los sofisticados Mad Men, esa serie en la que las mujeres llevan la voz cantante pero el protagonismo titular es de ellos, seguro que pondrían unos cuantos megusta a este anuncio del Día de la Madre.
Esta es la primera chica que simula un embarazo en publicidad. Tampoco hay muchas embarazadas en los anuncios, como corresponde a una clientela que está perdiendo más y más las ganas de procrear. Las mujeres venden coches y perfumes con aires de porno suave, o cuidan criaturas, cocinan y limpian como madres 10, siempre a punto para todo y para todos. Las madres perplejas, las que miran, no cuentan.
El mismo patrón publicitario sigue la chica del anuncio, que si da a luz pasará a ser madre perpleja mirando la tele. Las críticas argumentan que un condón agujereado es un peligro sanitario, que el futuro padre también tiene algo que decir en el asunto e incluso que la todavía inexistente criatura no se merece una madre que la quiso porque le gustaba un vestido. Asuntos muy serios. Cuánta piel fina, cuánta imaginación. Las chicas frívolas lo tienen chungo. Llamada al orden.
No sé, a mi me parece puritano poner el grito en el cielo por este anuncio y no por tantos otros en que los cuerpos son mercancías, sobre todo las mujeres. Como idiotas me parecieron, los mismos días, los titulares digitales que informaban de que una nueva edición de los cuentos de F. Scott Fitzgerald revelaba su antisemitismo, cuando resulta que se trata de que los editores en su momento le hicieron cambiar palabras a sus personajes por considerarlas demasiado crudas para el público de su revista. El titular confundía al personaje con el autor, que se limitaba a recoger expresiones del habla de su tiempo.
Así, escandalizarse por el anuncio de la chica que se quiere embarazar es confundir la publicidad con la conselleria de Benestar Social i Família. Debe ser por eso que esta se ha sentido aludida. Algo de razón lleva, pues Administración casa con propaganda. Y ante el santo nombre de la Madre, más.
Para redondear las cosas, Desigual alega que “el anuncio refuerza el mensaje sobre el poder de decisión de las personas” y es “un grito a favor de la liberación personal y el derecho a perseguir los sueños”. Estos tíos quieren la campaña del 9-N.
Mercè Ibarz es escritora.
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