La orfandad de la osezna

Los reiterados intentos para que la osezna de tres meses, localizada el pasado día 17 en el núcleo de Aubèrt (Val d'Aran), se reencontrase con su madre han fracasado. Los técnicos de Medio Natural del Conselh Generau d'Aran han decidido trasladarla a un vallado provisional para criarla en condiciones de semilibertad.

Los profesionales que trabajan en el seguimiento del programa de reintroducción del oso pardo en los Pirineos consideran que la osezna tiene pocas posibilidades de sobrevivir por sí sola sin tener contacto con la progenitora o con otra hembra adulta. La cría, de unos tres kilos de peso, fue soltada en distintos lugares del bosque, pero al día siguiente volvió a los lugares habitados. Se cree que esta conducta se debe a que algún vecino le proporcionó leche en los primeros momentos del hallazgo. La osezna está en perfecto estado de salud, es inofensiva, aunque se muestra esquiva a la presencia del hombre.

Los intentos para que la cría se reencontrase con su madre han fracasado

Después de nueve días intentando que el animal se adaptara al medio salvaje y pudiera encontrar a su madre, los técnicos decidieron pasar a la siguiente fase para protegerla de los peligros que le acechan, especialmente de los depredadores. La cría descarriada fue trasladada a un vallado electrificado de unos 350 metros cuadrados de superficie, construido en un lugar del bosque de difícil acceso, para garantizar su aislamiento de las personas.

Ivan Afonso, técnico de Medio Ambiente, explicó este viernes que el cercado será provisional mientras se busca otro lugar definitivo más espacioso donde el cachorro de oso pueda hacer vida salvaje. Al principio será alimentado con leche, cereales, hierbas, fruta, preparados para carnívoros y troncos donde pueda encontrar gusanos. La comida no se dejará en un mismo lugar, si no dispersa por el recinto. Esta técnica, conocida como hacking, tiene como objetivo que la osezna gane peso y aprenda a buscar alimentos naturales.

Está previsto que el animal pase en este coto seis meses antes de proceder a su liberación. Lo peor que podría ocurrir es que se domesticara y tuviera que criarse en cautividad, por lo que se evitará el contacto visual entre humanos y el animal.