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Alcohol, música y fútbol

El macrobotellón universitario reúne a 15.000 jóvenes en El Grau

Cristina Vázquez

Cristina y otras cuatro estudiantes de Administración de Empresas y de Magisterio improvisaban en un pozal un Agua de Valencia, una bebida a base de cava, naranja, vodka y ginebra. Era la una de la tarde y el sol pegaba fuerte a las puertas del Live Spring Valencia, el macrobotellón universitario de primavera que por tercer año consecutivo reunió ayer a más de 14.000 jóvenes en la antigua estación de El Grau. “Es nuestro último año de carrera y venimos a celebrarlo”, dijeron refiriéndose a las ocho horas de festival que tenían por delante.

Riadas de gente, cargada con bolsas de plástico llenas de refrescos y bebidas alcohólicas —los supermercados y tiendas de los alrededores hicieron el agosto—, llegaban de todas direcciones hacia el recinto. Los jóvenes trasvasaban las bebidas ya mezcladas a bidones, cubos o cualquier otro envase de plástico antes de entrar al recinto, un solar de 12.000 metros cuadrados alquilado a la sociedad pública Adif.

“Sólo se necesita unas gafas de sol, un sombrero y bebida”, comentaron otros asistentes. Dentro se instalaron cuatro escenarios y carpas con diferentes ambientes musicales. El grupo valenciano Space Elephants pinchó su música indie-electrónica y hubo hasta karaoke.

El color de las camisetas y los mensajes estampados en ella daban idea de las carreras de procedencia de los jóvenes. “Si tú me dicen ven, te curo todo”, portaban los de Medicina, o “No acabarás primero sin tirarte al ingeniero”. El de Arquitectura parecía más intrincado: “Muro busca perforación para ventilación cruzada”. Y los había directos y con cierta carga de protesta: “Bufats i desocupats”. Un festival de ingenio.

“La mayoría suelen ser lemas calientes, con connotaciones sexuales”, se reía Blai. Un amplio grupo de estudiantes de fisioterapia, podología y enfermería solo querían “pasarlo bien”.

La jornada se presentaba larga. El Live Spring cerró sus puertas sobre las 9 de la noche y la final de la Copa del Rey, que enfrentó al Barcelona con el Real Madrid, empezaba media hora después. Un gran número de asistentes al macrobotellón siguieron la fiesta en las carpas de ambos equipos.

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“El tráfico está más cargado que otros días”, describió el concejal de Seguridad Ciudadana de Valencia, Miquel Domínguez, que se trasladó a las puertas del macrobotellón. Unos 100 agentes se encargaron del dispositivo de seguridad.

El concejal recordó que el festival estaba controlado. “La gente se para en los alrededores del recinto para trasvasar la bebida, pero luego procuramos que no se queden fuera”, explicó Domínguez. Personal de la organización recogían los desechos que quedaban en los alrededores. Dentro había hospitales preparados para atender lipotimias y comas etílicos.

Por los aledaños de Mestalla y el centro histórico de la capital, miles de seguidores de los dos equipos inundaron las calles de Valencia. Las inmediaciones del estadio aparecieron ayer blindadas de policía con motivo de este partido de fútbol que acaparó la atención de todo el mundo.

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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