El arte de Boix ‘habla’ con los tesoros de la Universitat de València

Una de las claves para disfrutar de las nuevas obras de gran formato -algunas de más de seis metros de ancho- expuestas por Manuel Boix (L'Alcúdia, 1942) en el Centre Cultural La Nau de la Universitat de València la dio el autor, al hablar del cuadro donde aparecen numerosos gusanos de seda entrelazados en distintas escalas. 

"La mayoría de la gente lo asociará a la podredumbre, a la corrupción", ha aventurado este jueves en la inauguración. "Pero a mí  me gusta tocar con las manos los gusanos de seda". Por eso la obra, titulada Generación espontánea, alude en el imaginario del autor a los nuevos movimientos sociales modernos, capaces de regenerar el discurso y la acción política.

Boix utiliza con maestría el blanco y negro y la luz,como han subrayado el comisario Abel Guarinos y el vicerrector Antonio Ariño, con una preferencia por la figuración donde casi nada es exactamente lo que parece. No solo sucede con el citado cuadro de los gusanos. También sorprende con la Virgen María del políptico Metafísica, inscrita en un suelo construido primorosamente con más 70.000 teselas. Completa la tabla un frase en banda escrita en latín que difícilmente el espectador relacionará con Fuster, autor original del aforismo, y mucho menos esperará que que diga "Definició possible de Filosofia: L'art d'agafar la vaca pels collons".  

Era precisamente Fuster quien decía que "la pintura de Manuel Boix nos obliga no solo a hablar de pintura, sino también de economía, de ideologías, de opción nacional, de lucha de clases, de política ... y de historia", como recuerda Joan Llinares en el catálogo. Y, en efecto, Boix quiere hablar en esta serie de "muchos temas, sobre todo muy suavemente de lo que es la cultura”.

También se trata de "reflexionar sobre la evolución del tiempo sin olvidar que no" puede estar fuera de mi sociedad y mi estética tampoco, aunque no quiera”, explica, subrayando el carácter de compromiso social de su obra, patente especialmente en obras como  Lampedusa, donde multitud de cuerpos oscuros cuelgan de cuerdas y yacen en el suelo, o Caronte, donde plasma su estupefacción ante la tragedia europea de la inmigración.

La exposición, que se podrá ver hasta el 22 de junio, ocupa la sala más grande del edificio histórico de la Universidad, la Sala Academia, y presenta una nueva serie pictórica de quince obras de gran formato, 12 de ellas realizadas exclusivamente para esta exposición. Todas ellas están asociadas al amplio patrimonio cultural y científico conservado en la Universitat de València, como la mencionada Metafísica inspirada en la centenaria tabla de la Virgen de la Sapiencia que la Nau alberga.

Algunos ejemplos de este patrimonio, como las muestras de la colección entomológica procedentes del Institut Cavanilles que "hablan" con el cuadro de los gusanos de seda,  se exponen junto a los trabajos del artista que inspiran, de manera que el espectador puede apreciar en la exposición pequeños tesoros como el globo terráqueo de Willen Janszonn y Jan Blaeu del siglo XVII junto a las modernas piezas de Boix.

Estas asociaciones entre pasado y presente continúan en el claustro de La Nau con las cinco blancas esculturas de Los Borja, que recuerdan al Papa Alexandre VI, una figura indispensable para la fundación de la Universitat hace más de 500 años, como el propio artista de L'Alcúdia ha querido recordar.