Al rescate de Ocaña

Anarquista, homosexual, artista, transformista... José Pérez Ocaña (Cantillana-Sevilla, 1947-Barcelona, 1983) las tenía todas consigo para ser un marginado en la España franquista. Sin embargo, su capacidad creativa le empujó a convertirse en uno de los personajes clave del underground barcelonés en la década de los setenta. Cuando se han cumplido 30 años de su trágica desaparición —murió a consecuencia de las quemaduras que sufrió al incendiarse el disfraz de sol que vestía en una fiesta de carnaval en su pueblo—, la Galería Cavecanem de Sevilla ha organizado la exposición Viaje al fin de la tierra, en la que se muestran por primera vez acuarelas de la serie Galicia realizadas entre 1976 y 1979.

"Ese personaje tan enorme que era Ocaña ensombreció su obra", comentó este miércoles Fernando Roldán, director de Cavecanem. La muestra ha sido posible después del trabajo de catalogación que ha realizado el historiador del Arte José Naranjo, comisario de la exposición y autor de la tesis Ocaña, artista y mito contracultural. Análisis de la figura y legado artístico de José Pérez Ocaña (1947-1983).

Protagonista de un documental sobre su propia vida Ocaña, retrato intermitente, realizado por Ventura Pons en 1978, el agitador cultural y social dejó en un segundo plano a su obra, un legado que está en manos de su familia y que ahora, en colaboración con el Ayuntamiento de Cantillana, sus herederos quieren rescatar. "He catalogado más de 500 obras, pero aún siguen saliendo otras que están en manos de particulares. Hay acuarelas, óleos, dibujos, grabados y hasta esculturas fechados entre 1960 y 1983", comenta Naranjo. Además de la serie Galicia, con 19 retratos a tinta china y acuarela de personajes individuales y colectivos que Ocaña realizó durante varias visitas a la región; la muestra incluye otras cuatro acuarelas y otros tantos óleos. Pero, además de las obras que cuelgan en el pequeño espacio de la galería, se incluyen otras 200 que pueden verse a través de Internet.

En las obras que se muestran por primera vez en Sevilla, y que estarán expuestas hasta el 30 de mayo, el polifacético y autodidacta artista se deja influir por Matisse, Modigliani e, incluso, Chagall; pero siempre utilizando unas formas muy simples, sin artificio.

"Estamos muy contentos, especialmente mi madre que es la mayor de los hermanos y fue prácticamente quien lo crio y lo protegió siempre, con todo este reconocimiento", comentó este miércoles Encarni Ortiz en la inauguración de la muestra, sobrina del artista, mientras sostenía una de las últimas fotografías de Ocaña en el patio de la casa familiar de Cantillana.

Su pueblo, del que tuvo que salir en 1971 ante la incomprensión que suscitaba su homosexualidad y sus anárquicas ideas, le rinde ahora homenaje durante seis meses con diversas actividades, entre ellas una exposición, Ocaña, pueblo adentro, que ha podido verse durante dos meses. "Estamos trabajando para que la nave de un antiguo convento, que en principio iba a ser un centro cívico, se convierta en un museo para mostrar, investigar y difundir la obra de Ocaña. Nuestra idea es poder abrirlo antes de finales de este año", adelantó la alcaldesa de Cantillana, Ángeles García Macías, presente en la inauguración.