Seguridad cree que anuló el posible “efecto multiplicador” de la violencia
Beltrán de Heredia asegura que no disolvieron la manifestación de Gune en la que se mezclaron los violentos porque hubiese tenido un "efecto multiplicador" de los daños
Fue un “día complicado” pero podía haber sido peor, algo que no ocurrió gracias a la intervención basada en criterios de “eficacia y proporcionalidad” de la Ertzaintza ante la violencia de una “auténtica guerrilla urbana, con violencia premeditada y organizada”. La consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, ha defendido este lunes en el Parlamento que los actos vandálicos y los destrozos que se produjeron entre las protestas contra la cumbre económica que el 3 de marzo congregó a importantes personalidades internacionales en el Museo Guggenheim de Bilbao podían haberse extendido. Los violentos “no lograron lo que pretendían”, ha asegurado, que era acercarse al Guggenheim y entrar en contacto con dirigentes como la directora del FMI, Cristine Lagarde.
Según la máxima responsable de Seguridad y el director de la Ertzaintza, Gervasio Gabirondo, una intervención de la Ertzaintza contra la manifestación en la que los violentos se entremezclaron hubiese “sumado a un grupo de manifestantes que se hubiese sentido atacado”, ha dicho el segundo. Beltrán de Heredia ha resaltado que la actuación de la Ertzaintza -o la no actuación, como los propios sindicatos han reconocido que sucedió- “no fue una cuestión de falta de medios, ni de órdenes, ni de miedos escénicos, fue el cambio táctico de los violentos, que conscientes de que no podían acercarse al Guggenheim cambiaron el rumbo y la táctica; cargar contra la manifestación es algo que les hubiese gustado pero hubiese puesto en riesgo a los demás, hubiese tenido un efecto multiplicador en daños, prolongado en tiempo y espacio; no disolver la manifestación así fue una decisión ponderada que evitó riesgos mayores”.
Beltrán de Heredia ha asegurado que era “más que previsible” que hubiera grupos que quisiesen realizar actos violentos porque los servicios de inteligencia habían recabado datos de una situación “preocupante” desde días atrás. Por ello ha asegurado que el dispositivo se diseñó analizando situaciones como la cumbre del G8 en Génova en 2001. El dispositivo, para el que se movilizaron 688 agentes, 37 furgonetas, un helicóptero y una zodiac entre otros, ha sido criticado por los sindicatos con representación en la Ertzaintza y por partidos como PSE, PP y UPyD. La consejera ha asegurado que los violentos no pudieron acercarse al Guggenheim y “cambiaron de táctica”, integrándose en una de las dos columnas de la manifestación más numerosa, la de la plataforma Gune. Por ello, la Ertzaintza optó por no realizar una carga.
El dispositivo de seguridad contó con 688 agentes
"La imagen de pasividad e inactividad de la Ertzaintza no refleja para nada su actividad de ese día", ha acusado a los partidos y a los sindicatos, a los que ha afeado que estén convirtiendo un "operativo excepcional en un rifirrafe en la inevitable batalla sindical en las elecciones". "No hay caos en la Ertzaintza, ha defendido la consejera, que se ha mostrado "orgullosa" de la actuación de los casi 700 agentes que trabajaron en el dispositivo de aquel día. A raíz de lo sucedido se han realizado once detenciones.
La consejera ha resaltado que el objetivo era triple: lograr que el foro se desarrollara con “normalidad”, que se pudiesen realizar las manifestaciones y que se garantizara la seguridad ciudadana. Pero más adelante tanto ella como el director de la Ertzaintza, Gervasio Gabirondo, han reconocido que el “objetivo principal” era blindar el museo y los alrededores del lugar en el que se celebró el foro. De esos tres objetivos “al menos uno se incumplió clamorosamente”, ha asegurado el parlamentario de UPyD, Gorka Maneiro (que ha pedido la dimisión de los tres altos cargos del Gobierno presentes en la comparecencia), apuntando a los destrozos y a las imágenes de ciudadanos en medio de los actos de violencia.
Partidos como PSE y PP han respondido enfadados a la consejera tras su explicación, en la que han echado en falta una "autocrítica" sobre la actuación el 3 de marzo.
Seguridad asegura que era "más que previsible" la violencia que después se registró en la cumbre
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