La flota del cerco se resigna al reparto de la cuota y accede a volver al mar

La flota gallega del cerco se lo esperaba. Pero entre la gran mayoría cayó igualmente como un mazazo la publicación, este martes en el Boletín Oficial del Estado, del cuestionado plan de gestión del caladero nacional Cantábrico Noroeste en el que el Ministerio de Agricultura establece, sin cambios pese a varias semanas de protestas, una polémica distribución por provincias de los topes de capturas de caballa (xarda) y jurel. Ese era el reparto que rechazaban, por discriminatorio, el 80% del sector en Galicia y la totalidad del de Asturias, ya que otorga al País Vasco y Cantabria, pese a sumar ambas 94 barcos frente a los 153 gallegos, el 72,14% de las 13.700 toneladas de xarda asignadas para este año a las flotas del cerco. Pero ante la evidencia de que el Gobierno no iba a dar marcha atrás, una asamblea de armadores decidió por la noche en Portosín (A Coruña) poner fin al conflicto provisionalmente.

 Consciente de que era tarde para impedir la aplicación este año de esa orden, dada la inminente apertura, en unos días, de la pesquería de ambas especies, unos 120 armadores reunidos en Portosín acordaron un “arreglo” interno entre la flota de la comunidad, negociado horas antes con la mediación de la Xunta, para un reparto más equitativo este año de las 3.406 toneladas asignadas a Galicia, el 25% de la cuota total del caladero nacional.

Mientras los pescadores se movilizaban en las rías de A Coruña y Vigo, con sonoras pitadas, se llegó de nuevo este martes, tras seis horas de reunión en Santiago con la Consellería do Mar y el sector minoritario, a un principio de acuerdo semejante al alcanzado el pasado viernes y luego rechazado por la mayoría de la flota: compensar con cesiones de los barcos que más cuota de caballa tienen a los que menos les corresponde. Se trata de un pacto puntual para 2014 más preciso que el perfilado el viernes. Y además se llegó también a un compromiso para gestionar de “forma conjunta”, por todo el cerco gallego, los topes de capturas de jurel.

Crítico con el plan trazado por el ministerio de Miguel Arias Cañete y la “losa” que supuso la publicación, sin cambios, de la orden, el sector mayoritario, por boca de su portavoz y presidente de la asociación del cerco de Galicia, Andrés García, se resigna a ser “realista, mirar lo que hay y adaptarse a las circunstancias”. “Es muy tarde para pensar en otro reparto para este año”, admite. La distribución aprobada por el Gobierno central se basa en los antecedentes históricos de descargas de cada barco entre 2002 y 2011, y no en el número de tripulantes enrolados, como pretendía la mayoría del cerco gallego,

El secretario general de Pesca del ministerio, Carlos Domínguez, convocó para hoy en A Coruña a los pescadores gallegos para explicar la nueva regulación de estas pesquerías en el Cantábrico Noroeste. “Que se acepte para este año no quiere decir que abandonemos lo nuestro”, advirtió García. Seguirá la batalla para lograr que, en contra de lo pactado en diciembre entre el ministerio y las flotas de las cuatro comunidades afectadas —un acuerdo que luego en asamblea rechazarían tanto el 80% de la gallega como la totalidad de la asturiana— el reparto de la cuota se haga en función del número de tripulantes y no de las descargas en campañas anteriores.

El nuevo plan de gestión estipula que, antes del inicio de la campaña de pesca, cada barco, por medio de sus federaciones de cofradías, deberá comunicar al ministerio si opta por gestionar conjuntamente la cuota asignada a su provincia o por el contrario de forma individual. Esa es la fórmula a la que ya se acogieron como mínimo una quincena de armadores gallegos a los que corresponde mayor tope de capturas ya que, al disponer de los barcos más grandes, son también quienes más se desplazaban a pescar en el Cantábrico y tienen mayores antecedentes de capturas.