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El SAS se ofrece a adelantar la terapia contra la hepatitis C para los presos

Las restricciones de Interior limitan el acceso de los reclusos a los fármacos

Reyes Rincón
Trinidad Barrera, una madre que pide el tratamiento contra la hepatitis C para su hijo, preso en Sevilla.
Trinidad Barrera, una madre que pide el tratamiento contra la hepatitis C para su hijo, preso en Sevilla.JULIÁN ROJAS

Desde que en el verano de 2012 Instituciones Penitenciarias impuso restricciones para que los presos accedan a los nuevos tratamientos para la hepatitis C, decenas de reclusos de las cárceles andaluzas esperan a que se les administren los nuevos fármacos, una triple terapia que llega a duplicar las posibilidades de curación. El Servicio Andaluz de Salud (SAS) y Prisiones están actualmente negociando la renovación del convenio de asistencia sanitaria en las cárceles y la Junta ha hecho una oferta al Gobierno central: administrar a los presos la triple terapia contra la hepatitis C y que Interior la pague posteriormente.

La atención sanitaria a los reclusos depende del Gobierno central, que mantiene en las prisiones un servicio médico equivalente a la atención primaria, con una estructura muy limitada. Cuando los reclusos necesitan asistencia más especializada, son trasladados a un hospital del SAS (cada cárcel tiene un hospital público de referencia) en virtud de un convenio anual. El acuerdo contempla que si el preso necesita ingreso hospitalario es la Junta la que lo costea, pero si los especialistas prescriben fármacos de uso ambulatorio (que el recluso puede tomar en la cárcel) es Interior quien los compra y los envía a la prisión, como ocurre con los tratamientos contra el VIH.

Salud propone tratar a los internos y facturar el coste a Prisiones

La triple terapia contra la hepatitis C se considera de uso ambulatorio porque no requiere ingreso y los pacientes la toman en sus domicilios. Los especialistas del SAS que atienden a los reclusos en los hospitales de referencia de cada prisión han prescrito ya en muchos casos estos fármacos a presos infectados por hepatitis C, pero es a Instituciones Penitenciarias a quien le corresponde comprar los medicamentos y administrárselos a los internos. Sin embargo, Interior se niega a comprar los fármacos para que los médicos de las cárceles puedan tratar a los reclusos, entre los que la prevalencia de la hepatitis C se estima en más del 25%.

A la vista de que el estado de salud de algunos presos se está deteriorando sin poder acceder a la triple terapia, fuentes del SAS aseguran que en algunos hospitales ya se está tratando a reclusos “que no pueden esperar”. Salud va a remitir a Interior las facturas de cada estos tratamientos para que el Gobierno los abone.

La Junta ya da los medicamentos a enfermos “que no pueden esperar”

Los convenios entre el Ejecutivo central y la Junta que regulan la atención sanitaria a los presos suelen fijar una aportación anual del Estado (en el de 2012 fue de alrededor de 6 millones de euros) para que los internos reciban atención en los hospitales del SAS. Pero las dos partes no han firmado aún la renovación del acuerdo para 2014 y, por ahora, Salud está facturando “acto a acto” cada vez que un preso es atendido en un centro público.

Las dos Administraciones se han intercambiado en las últimas semanas borradores para el nuevo acuerdo y la última propuesta del SAS contempla una adenda para desbloquear los tratamientos para la hepatitis C. Según estas fuentes, la primera intención de la Junta es que Interior compre los fármacos y los distribuya entre las cárceles como hace con los demás medicamentos. Pero si Prisiones sigue poniendo trabas, el SAS está dispuesto a proporcionar los fármacos para los presos a los que los especialistas del SAS se lo prescriban.

Esta opción solo sería posible, advierten estas fuentes, si Instituciones Penitenciarias se compromete en el acuerdo a pagar cada uno de estos tratamientos o si el importe total del convenio se incrementa proporcionalmente en la cantidad necesaria para garantizar estos fármacos, cuyo coste es muy superior al de la medicación clásica contra la hepatitis C. Según fuentes del sector, mientras los fármacos que se usaban hasta ahora costaban unos 6.000 euros por año (la duración estimada del tratamiento), la triple terapia aumenta hasta 45.000 euros. Pero también se incrementan las expectativas de curación para los pacientes: diversos estudios manejados por la Agencia Española del Medicamento estiman que con la medicación clásica se curaban entre el 40% y el 50% de los infectados por el genotipo 1 (el más habitual); con la triple terapia, se cura más del 75%.

Las restricciones de Interior para administrar la triple terapia ha llegado ya al Congreso, a los tribunales (con varias decisiones judiciales que instan a administrar los fármacos al preso) y a los defensores del Pueblo estatal y andaluz, que también han solicitado a Instituciones Penitenciarias que trate a los reclusos. Pero Interior, por ahora, sigue imponiendo condiciones que dificultan que el fármaco llegue a los presos. Luis Pizarro, adjunto al defensor del Pueblo andaluz, confirma que la oficina dirigida por Jesús Maeztu va a abrir una queja de oficio para preguntar por la prevalencia actual de la hepatitis C en las prisiones, los casos a los que se han prescrito los nuevos fármacos (no se recomienda para todos los pacientes) y a quiénes se les ha administrado ya.

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Sobre la firma

Reyes Rincón
Redactora que cubre la información del Tribunal Supremo, el CGPJ y otras áreas de la justicia. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local en Sevilla, corresponsal en Granada y se ha ocupado de diversas carteras sociales. Es licenciada en Periodismo y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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