La promotora Metro-3 tampoco soporta la crisis y presenta concurso de acreedores
La compañía sufre la caída de las ventas y los altos precios que pagó por el suelo
La crisis se ha cobrado una nueva víctima en el sector inmobiliario. La promotora barcelonesa Metro-3 ha presentado concurso voluntario de acreedores ante su incapacidad para hacer frente a los pagos, después de registrar una fuerte caída de ingresos y entrar en pérdidas en 2009. La compañía, que no ha respondido a las llamadas de este diario y cuyos empleados desconocían la situación, instó la suspensión de pagos a finales de febrero y el Juzgado Mercantil número 6 de Barcelona dictó el edicto el pasado lunes. Fuentes bancarias aseguraron a este diario que solo el pasivo financiero superaría los 30 millones de euros.
Según los datos que figuran en el registro mercantil, la compañía perdió 17,6 millones de euros en 2012 —acumula unos números rojos de 31,6 millones en cuatro años—, mientras que su facturación se había situado en los 20 millones, muy inferior a los buenos años del sector, y los fondos propios se habían quedado en tan solo cinco millones.
Metro-3, que desde 1974 operaba casi exclusivamente en Barcelona, donde construía pisos no de lujo pero sí de calidad, precio alto y siempre en ubicaciones estratégicas, tampoco ha aguantado el colapso del mercado inmobiliario. El elevado coste del suelo al que compró durante la década pasada y el desplome de las ventas están en el origen de la quiebra, según fuentes del sector, que lamentan la situación por la que atraviesa una de las empresas del sector inmobiliario mejor consideradas.
En sus orígenes, Metro-3 fue una empresa familiar, propiedad de Josep Blanchart, quien presidió el salón Construmat de Fira de Barcelona. A caballo entre 1999 y 2000 vendió la compañía a Baltasar Aznar. En 2003, el fundador fue acusado de delito fiscal y falsedad en documento mercantil.
La compañía fue de las que mejor aguantó la crisis, pero ya durante el año pasado prescindió de personal y fue reduciendo paulatinamente su estructura, hasta el punto de trasladar su sede social a unas pequeñas oficinas en la avenida Diagonal.
Metro-3 ha construido pisos en toda la ciudad: desde Nou Barris al Poblenou pasando por Sants o Gràcia, pero sobre todo en el Eixampe. A menudo ha contado con arquitectos de renombre para diseñar sus promociones, como Carlos Ferrater o Joan García y varios de sus edificios cuentan con reconocimientos los premios FAD. Fueron levantados por la promotora, por ejemplo, los dos edificios que hay detrás de la biblioteca Jaume Fuster, en la plaza de Lesseps.
En pleno frenesí inmobiliario, cuando se construían muchos pisos pequeños para sacar rédito a cada metro cuadrado, Metro3 siguió apostando por pisos de tamaño medio y grande e incluso presumía de reservar espacio para tender la ropa, algo insólito hace una década. Según la información disponible en su página web, la compañía tiene actualmente pisos en venta en una docena de promociones en Barcelona.
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