Feijóo exige a las ciudades que dejen ya de pelearse por los vuelos

Alberto Núñez Feijóo llegó a la presidencia de la Xunta con un fuerte mensaje en contra de los localismos que, como le ocurrió a todos sus antecesores, tuvo que ir rebajando con el tiempo ante la crudeza de las peleas entre ciudades. El campo de batalla ha sido en los últimos años el reparto de los vuelos entre los aeropuertos, con las ciudades compitiendo por repartir subvenciones a las compañías aéreas. Ante el fracaso de todos los intentos de buscar una política coordinada, Feijóo tuvo que desistir de su idea inicial plasmada en el lema “un aeropuerto, tres terminales”. Pero ayer, coincidiendo con la constitución del nuevo Comité de Coordinación Aeroportuaria, el presidente recuperó sus mensajes más contundentes. Advirtió de que, con la llegada del AVE, las líneas aéreas van a sufrir una “drástica disminución” de pasajeros y si las terminales no pactan una política común “estaremos en una situación que vamos a lamentar”.

“Este no es un problema de partidos, sino de responsabilidad y de querer a Galicia”, sentenció el presidente en su comparecencia tras la reunión del Consello de la Xunta. Feijóo puso sobre la mesa las previsiones que manejan tanto su Gobierno como el central. En 2018, cuando se espera que entre en funcionamiento la conexión por AVE a Madrid, los aeropuertos de Alvedro y Peinador perderán un 40% de sus pasajeros. En el caso de Lavacolla, al contar con más vuelos internacionales gracias al flujo de turistas a Santiago, la caída estimada sería de un 33%. Estos datos, muy similares a los que ya manejó en su día el anterior Gobierno bipartito, son una proyección a partir de lo ocurrido con el tráfico aéreo en Sevilla, Barcelona y Valencia cuando se abrieron sus respectivas líneas de AVE a Madrid.

La Xunta, recordó Feijóo, no tiene competencias sobre los aeropuertos, pero sí “criterio” y “sentido común”. Por lo tanto, la única opción es “coordinarse sí o sí” y promocionar Galicia como “destino único”. Aunque el presidente fue más cauto en sus declaraciones públicas, el Gobierno gallego ha venido contemplando con desagrado la disputa entre las ciudades para captar líneas aéreas ofreciendo subvenciones, pese a que el más aventajado en esta política ha sido uno de los dirigentes del PP de mayor confianza de Feijóo, el alcalde de A Coruña, Carlos Negreira. Tanto la Xunta como el Ministerio de Fomento asumen que el aeropuerto de Santiago tendrá una posición preponderante como “terminal de ocio por el tráfico turístico”, en expresión del presidente, lo que implica que deberá canalizar el tráfico internacional. Así figura en la propuesta que AENA trasladó ayer a los representantes de las tres ciudades en la primera reunión del comité. Ese proyecto deja a Vigo y A Coruña como terminales especializadas en el tráfico nacional, sobre todo en las rutas a Madrid y Barcelona. En el caso de Peinador, Fomento está abierto a construir una terminal de carga para industrias como la de la pesca siempre que se constate que hay demanda suficiente.

Pero la reunión volvió a evidenciar la dificultad de llevar a la práctica los mensajes que Feijóo había lanzado horas antes. El único que pareció salir satisfecho fue el alcalde de Santiago, Ángel Currás, al comprobar que AENA mantiene a Lavacolla como “puerta de entrada” a Galicia, aunque matizó que tampoco se pueden abandonar “dos destinos fundamentales para la ciudad como Madrid y Barcelona”, informa Europa Press. La teniente de alcalde de Vigo, Carmela Silva, lamentó que AENA no actúe contra las ayudas a las compañías y concluyó: “Se han cumplido las peores sensaciones con las que habíamos venido”. La concejal de Turismo de A Coruña, Luisa Cid, se limitó a señalar que la propuesta “hay que analizarla con detalle”.

Antes de esta reunión, Feijóo había criticado la política del anterior ministro de Fomento, el socialista José Blanco, por invertir en nuevas terminales y aparcamientos. Para el presidente, las únicas nuevas infraestructuras necesarias son las que mejoren la seguridad, como la ampliación programada de la pista de Alvedro.