Excargos de la Obra Social de NCG se llevaron medio millón en dietas en 2012
La entidad sin ánimo de lucro destinaba dos millones para pagar a 12 directivos
Los altos cargos de la Obra Social de Novacaixagalicia (NCG) se repartieron 2012 —el año de la imputación de Gayoso y de la cúpula directiva de la entidad bancaria— 483.000 euros por asistencia a órganos de gobierno. Pese a que la representación en esta entidad sin ánimo de lucro era de carácter gratuito, y aunque los directivos podían renunciar a las dietas o reducirlas, optaron por ponerse el tope máximo permitido. Lo reconoció ayer en comisión parlamentaria el director general de Política Financiera e Tesouro, Manuel Galdo, que compareció para anunciar que desde el nombramiento, en 2013, de la comisión gestora de la Fundación por parte de la Consellería de Facenda “está garantizado”, gracias al ahorro, el futuro de la Obra Social. Galdo vinculó el derroche de esta entidad al de la burbuja inmobiliaria.
Del relato realizado por el director general sobre el ahorro que supuso la intervención de la Xunta en el patronato de la Fundación se desprende que el dispendio era generalizado en este organismo destinado al impulso social y cultural. Del medio millón de euros en dietas que se repartían los representantes en los órganos de gobierno de la Obra Social, los 12 directivos de esa entidad altruista percibían entre todos dos millones de euros anuales.
La Fundación destinada a promover actuaciones sociales y culturales despilfarraba también en alquileres. Solo por los centros culturales de Cervantes y O Preguntoiro, en el casco viejo de Santiago, pagaba un millón de euros. El dinero lo cobraba la entidad financiera, que mantenía la propiedad de los edificios. El dispendio se extendía a las externalizaciones de las actuaciones para la Obra Social: llegó a pagar 20 millones por colaboraciones.
Los gastos de publicidad también eran sustanciosos. Aunque Galdo no ofreció la cifra concreta, sí precisó que desde que la Consellería de Facenda nombró a la comisión gestora —integrada por el secretario y vicesecretario anteriores y dos representantes de la Xunta— el ahorro generado por este concepto es del 91%.
La intervención de Facenda en la gestión supuso, además, la imposición de un techo salarial del 40% del máximo anterior, “un coste inferior al de otros organismos comparables”, y la reducción en un tercio de los gastos de alta dirección. Los 12 directivos fueron reducidos a dos. El saneamiento de la Obra Social —que ha quedado con un patrimonio de 280 millones de euros, una liquidez de 80 millones y un presupuesto “estable” de en torno a 30 millones anuales— permite a la Xunta atisbar la firma del acuerdo con NCG Banco para que aporte fondos cuando se ejecute formalmente la venta a Banesco.
El futuro de la Escuela de Negocios de la Fundación generó la polémica. Galdo rechazó su privatización y precisó que profundizará en su colaboración con la Universidad de Vigo. El director general de Facenda insistió en esta afirmación después de que el portavoz de AGE, Xosé Manuel Beiras, le mostrara un documento de la entidad firmado por el director, Eduardo García Erquiaga, en el que propone convertirla en sociedad mercantil “aportando una alternativa de formación universitaria privada de calidad”. Erquiaga anuncia en el documento que él y un grupo de empresarios y profesionales gallegos están dispuestos a hacerse cargo de ella vinculándola a la universidad privada San Pablo CEU “que ha comprometido su apoyo al proyecto”. El director de la Escuela de Negocios sostiene además en ese texto que cuenta con el respaldo del conselleiro de Educación, Jesús Vázquez. “Hemos trabajado conjuntamente con la Consellería de Educación y tanto el conselleiro como el secretario general y su equipo nos han mostrado una disposición inmejorable”, explica en el documento de la Escuela de Negocios el director.
Frente a la insistencia de Beiras, que reclamó el cese inmediato de Erquiaga, el director general de Facenda se limitó a responder que no comenta “el ejercicio teórico de un empleado” y a garantizar la vinculación con la Universidad de Vigo.
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