El cuadro llegó en un sobre
Un remitente anónimo hace llegar a EL PAÍS la obra desaparecida en la Junta de Retiro El PP y el Ayuntamiento investigaban el paradero de la pieza de Antonio de Felipe
El cuadro del pintor valenciano Antonio de Felipe desvanecido de un despacho del Ayuntamiento de Madrid ha reaparecido. Su extravío, denunciado por EL PAÍS hace dos semanas, provocó no solo la apertura de una investigación oficial, ordenada por la alcaldesa, Ana Botella, sino también una notable conmoción en el Partido Popular de Madrid. Altos cargos se enfrentaron por su supuesta responsabilidad en el incidente, y la presidenta regional, Esperanza Aguirre, muy disgustada, abrió una investigación política.
Ayer, en un abultado sobre sin remitente llegado a la redacción estaba el cuadro. Arrugado y visiblemente dañado, con una raja en un lateral, como si alguien hubiera querido destruirlo y se hubiera arrepentido. La obra, un acrílico sobre cartón de 75x96 centímetros, es un retrato de la fuente de la Cibeles tirada por vacas titulado Cibeles Láctea. Fue pintado en 1996, y está valorado en 12.000 euros. Junto al cuadro, arribó una carta anónima que explicaba su desaparición, al parecer responsabilidad de un funcionario ligado presuntamente a la Junta de Retiro. Sin embargo, la práctica totalidad de personas relacionadas en mayor o menor medida con el incidente dudan de la veracidad de esta carta.
Antonio de Felipe cedió el cuadro al Ayuntamiento en septiembre de 1996, tras una exposición en el centro cultural Casa de Vacas, dependiente de Retiro. El artista, con obra en el Museo Nacional de Arte Reina Sofía y el Instituto Valenciano de Arte Moderno, recuerda que, por entonces, después de una muestra en el Ayuntamiento era obligado dejar una obra, generalmente menor, para engrosar los fondos municipales.
De Felipe confirmó ayer que efectivamente la obra enviada por correo al periódico es la misma que él cedió al Ayuntamiento tras la exposición en Casa de Vacas de 1996.
Nadie quiere ‘la Cibeles’
EL PAÍS comunicó ayer al Ayuntamiento la recepción de la obra. Los servicios jurídicos municipales instaron al diario a “poner los hechos de forma inmediata en conocimiento de la policía”, pero evitaron requerir la obra.
“El Ayuntamiento tiene abierto un expediente de investigación patrimonial en el que se investiga, entre otros extremos, la titularidad del cuadro, expediente en el que se tendrá en cuenta la comunicación que acaban de efectuar. Les ruego que remitan copia de la denuncia a la mayor brevedad posible. Como ya anunciamos oficialmente, si de nuestro expediente de investigación se derivara alguna irregularidad, esta se pondría inmediatamente en conocimiento de la fiscalía”, añadía la comunicación oficial.
El cuadro colgó un tiempo en el despacho del entonces director de Casa de Vacas, Francisco Javier Ramírez Caro. Nombrado en 1998, Ramírez dejó el Ayuntamiento en julio de 2005 por sus diferencias con la entonces edil de Retiro, Elena González Moñux. Ahora dirige el Instituto regional de Realojamiento e Integración Social. Alberto Ruiz-Gallardón colocó a González Moñux al frente de Retiro tras ganar la alcaldía, en mayo de 2003. “Cuando llegó la concejal, vio el cuadro y me lo pidió para su despacho. Allí seguía cuando abandoné el Ayuntamiento”, cuenta Ramírez. En una fotografía distribuida por el Ayuntamiento en mayo de 2006, se puede ver en la sala de reuniones del despacho de la edil.
González Moñux estuvo en Retiro hasta 2007, cuando pasó a Fuencarral-El Pardo. Allí se mantuvo hasta enero de 2012, cuando fue nombrada viceconsejera de Justicia por Aguirre, entonces presidenta regional. Preguntada por EL PAÍS, Moñux negó saber el paradero de la obra, cuyo estilo, dijo, le desagradaba. Se mostró sorprendida por el revuelo armado y admitió que, incluso, le había cuestionado al respecto la propia Aguirre.
Según fuentes de confianza de la presidenta, Aguirre, quedó tocada por cómo había prosredado la trama corrupta Gürtel entre sus colaboradores, entre ellos el exconsejero Alberto López Viejo. Por ello, está obsesionada porque no se repita un caso similar. Para deshacer esta madeja política, Aguirre se repartió llamadas y pesquisas con el gerente del PP madrileño, Beltrán Gutiérrez.
La pista del cuadro se pierde en 2007. El edil que relevó a Moñux en Retiro, Luis Asúa (retirado prácticamente de la política), relata que no llegó a ver el cuadro porque ella se encargó de llevárselo en su mudanza a Fuencarral- El Pardo. Añade que así lo pueden atestiguar funcionarios.
El cuadro no está en Retiro, según ha certificado la actual concejal, Ana Román; y tampoco está en Fuencarral, según su edil, José Antonio González de la Rosa.
¿Qué pasó entonces con la obra? Según la carta remitida a EL PAÍS, “la historia es muy sencilla". Esta es su versión: “Cuando llegó el Sr. Asúa, como concejal a la Junta de Retiro, entre otros cambios, mandó quitar este cuadro porque dijo, según cuentan —yo no lo escuché—, que era ‘feo de coj...’. Y con las mismas, desde la Junta se mandó de nuevo a Casa de Vacas. Allí estuvo el cuadro dando vueltas, durante bastante tiempo, sin que nadie reclamase el mismo, entre cajas y trastos de las diferentes exposiciones. Hasta que hace unos años, cuando en Casa de Vacas se hizo una remodelación, aprovechando que yo estaba por allí controlando la obra y que el cuadro estaba prácticamente entre las cosas que se iban a tirar, y seguía envuelto en el mismo papel de burbujas del traslado, cogí, con toda naturalidad, la lámina y me la llevé para casa”. La carta concluye: “Permítame que no le diga mi nombre por razones obvias. Soy funcionario del Ayuntamiento. Gracias, y perdón por las molestias”.
“Ataque interno en el PP”
Asúa, que reconoce que el desenlace del incidente es “una jugada maestra”, niega que ordenara retirar el cuadro, y lamenta que se señale como autor de la desaparición a un funcionario. Varias fuentes coinciden en indicar que los fondos no se guardan en Casa de Vacas sino en la Junta de Retiro; en el centro cultural no hay ya despachos, y solo trabajan allí unos auxiliares que informan a visitantes y tutelan la exposición en curso; por la noche, vigila una empresa externa.
Estas fuentes municipales coinciden en lamentar que se señale a funcionarios, pero admiten que la aparición del cuadro es la mejor forma de parar una investigación que tenía tornas de acabar en policial.
Respecto a la supuesta reforma en Casa de Vacas, Asúa niega que se hiciera ninguna de consideración en su mandato. Fuentes municipales precisan que, en efecto, hubo una gran obra (paredes, techos, mamparas, etcétera), pero fue en julio de 2006, es decir, en el mandato de Moñux, y antes pues de que Asúa pudiera retirar la obra a Casa de Vacas.
Moñux mostró ayer su “sorpresa” por la aparición del cuadro. “Lo he pasado mal porque se me ha acusado de habérmelo llevado. Nunca me gustó; tengo la conciencia tranquila porque no me lo llevé”. Y añadió: “He tenido que defenderme de ataques desde dentro [del PP] por cuestiones de elecciones, nervios internos... Pero es Botella la que desconoce dónde están 200 obras, según leí en EL PAÍS, porque no está todo inventariado”. Moñux hacía referencia a la noticia desvelada por este diario de que el Ayuntamiento ha perdido el rastro a 198 obras de arte que sí están inventariadas. El cuadro de De Felipe no lo estaba por causas que el Ayuntamiento aún sigue investigando.
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