El corazón de las ciudades
El alcalde de Fuenlabrada (PSOE) reclama a Coca-Cola que no cierre la embotelladora presente en la localidad desde los años setenta al ser "modélica, rentable y competitiva"
Dicen que el corazón de las ciudades late más deprisa que el de sus gobernantes. Esta reflexión cobra especial relevancia en unos momentos en los que la ciudadanía, acosada por recortes y leyes aprobadas al dictado de los mercados y endurecidas por el actual gobierno del Partido Popular, se moviliza en diferentes sectores: sanidad, educación, contra la regresiva ley del aborto, contra los desahucios, contra la reforma laboral que está dejando en la calle a miles y miles de trabajadores en todas las ciudades y pueblos de España.
Estos son los latidos de angustia y desesperación que escuchamos los alcaldes diariamente en nuestros municipios. En mi caso he procurado desde una ideología de izquierdas, sensible al sufrimiento de la gente, unir, acompasar los latidos de mi corazón a los de Fuenlabrada, la ciudad que gobierno por voluntad mayoritaria de sus vecinos y vecinas.
Desde que comenzó la crisis, como en otros municipios, hemos sido azotados por la lacra del paro. En unos casos se produce como una sangría silenciosa, persona a persona, anónima y cruel en todos los casos. En otros casos, a través de los medios de comunicación conocemos casos de empresas relevantes que toman la decisión de cerrar sus centros de trabajo o reducir drásticamente. Despidos que se hacen bajo el paraguas legal de unos ERE auspiciados por la actual Reforma Laboral, que permite despidos masivos, o cierres de empresa que acaban con el 100% de las plantillas. El trabajo constituye la base de nuestra identidad social y personal. Su pérdida es una de las mayores tragedias a las que nos enfrentamos y condiciona toda nuestra vida y la de nuestras familias.
Este es el caso reciente que ha afectado a Casbega, una empresa emblemática y pionera en Fuenlabrada, ahora integrada en ese grupo empresarial al que los accionistas han denominado Coca-Cola Iberian Partners. El pasado 22 de enero la compañía anunció el cierre de su planta embotelladora en Fuenlabrada y otros centros en Guadarrama y Aranjuez, junto con otras plantas de Asturias, Alicante y Palma de Mallorca.
Todas estas plantas son rentables y hasta hace unos pocos días trabajaban con normalidad. Sin embargo, sus accionistas sin latido humano en sus corazones —solo alimentados por el que vive al ritmo de la ganancia y el calor del dinero— han decidido despedir después de muchos años de dedicación, profesionalidad y alto rendimiento, a más de 2.000 trabajadores, eliminando 580 empleos directos y casi 1.500 indirectos.
La empresa Casbega, ubicada en Fuenlabrada a finales de los años setenta, tiene para nosotros un especial sentimiento de pertenencia social y local, pues no en balde esta empresa ha sido modélica en cuanto a su apuesta por contar con unas modernas instalaciones, una eficiente organización del trabajo y un fluido diálogo social con los representantes sindicales. Esto ha hecho posible que la planta fuenlabreña sea una de las más rentables y competitivas. Lo que invalida cualquier justificación empresarial a la hora de decidir el cierre de esta planta.
La confrontación entre los accionistas de Coca-Cola Iberian Partners no puede ser la razón del cierre de sus diferentes plantas cuando son rentables. No pueden moralmente escudarse en razones organizativas para dejar en la calle a miles de familias. Desde el Ayuntamiento hemos mantenido con la empresa Casbega una buena relación de colaboración, buscando siempre el interés general y la defensa de que esta planta no se fuera de Fuenlabrada. Hace poco tiempo se aprobó una ampliación de la planta y ha sido un referente modélico de gestión. El anuncio del cierre ha sido una sorpresa para todos. Sin duda esta decisión repercutirá en la marca Coca-Cola, ya que a partir de ahora se asociará a una arbitraria e injustificada destrucción de empleo. Así se lo he hecho llegar también a los máximos responsables de Coca-Cola y de Iberian Partners.
Como alcalde no podía hacer otra cosa que ponerme inmediatamente en contacto con los representantes de los trabajadores para ofrecerle todo nuestro apoyo y participación en todas aquellas acciones que se puedan llevar a cabo dirigidas a reconducir la situación. Al mismo tiempo, exigir al presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, que no mire para otro lado, que se implique contra el cierre de esta empresa y en la defensa del empleo en nuestra región, que necesita de un Plan Estratégico contando con los ayuntamientos, empresas y agentes sociales. Incluyendo en este compromiso a los ministerios de Industria y Empleo. En una palabra, poner el latido de su corazón cercano al de los ciudadanos.
Manuel Robles es alcalde de Fuenlabrada (PSOE).
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