Dos semanas más en casa
Una familia de Nou Barris, en el paro y con dos niños pequeños, evita un desahucio Es el tercer intento de desalojo, esta vez se comprometen a dejar su hogar en 15 días
Kamral Chaudhry y Vanessa López, una pareja de 27 y 32 años, ya no recuerdan si son dos o tres los años que llevan viviendo en la calle de Alcúdia —en el barrio de Porta de Barcelona—. Tampoco si son uno o dos los que llevan sin pagar el alquiler. Lo que saben con certeza es que, en 15 días, ellos y sus hijos de dos y siete años deben abandonar su casa y que no tienen dónde ir.
Alrededor de 80 personas consiguieron frenar ayer el tercer intento de desahucio de esta familia en el distrito de Nou Barris. A las nueve de la mañana, una pancarta con el lema Familia López, solución ya, colgaba del balcón de la vivienda. En el portal, Chaudhry explicaba que, durante el último año, su único sustento han sido los 646 euros que recibe su mujer de la renta mínima de inserción (RMI): “Con eso no podemos pagar los 550 euros de alquiler porque ya no tendríamos para comer”. Él no pudo cobrar la prestación por desempleo porque era autónomo y ella, peluquera, agotó esta ayuda “hace mucho tiempo”.
Colau: "El Ayuntamiento no puede limpiarse las manos"
La portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Ada Colau, calificó de "inadmisible" que sea una inmobiliaria la que se encargue de buscar viviendas de alquiler social para una familia que está a punto de ser desahuciada. "La Administración se tiene que hacer responsable de la gestión y la respuesta del piso que se está ofreciendo, así como del trato que se está dando a la persona porque también es importante: son gente en una situacion límite. No puede ser que se limpie las manos", aseguró.
Colau, que acudió a Nou Barris a colaborar en la paralización del desahucio de una familia con dos menores, valoró el hecho de que cada vez son más los municipios catalanes que se adhieren a la propuesta de la PAH de penalizar a los bancos que tengan pisos vacíos. "Es una señal de que la presión social ya es inaguantable. Pero una cosa es que se aprueben las mociones y otra, que se apliquen. Por eso, la semana que viene vamos a hacer una serie de acciones para forzar el seguimiento de esta moción en Barcelona", anunció.
La representante de la PAH condenó desahucios como el ocurrido el martes en Ciudad Meridiana, donde una familia fue expulsada de un piso que pertenece a Bankia: "Que un juez ordene que la Policía eche a una familia con un bebé de 18 meses de un piso de Bankia, que ha recibido 20.000 millones de nuestro dinero... ¿Qué justificación puede haber para ordenar ese desalojo? Hay que estar ciego a la realidad."
A las 9.30, decenas de manifestantes coreaban: “No se entiende, gente sin casa y casas sin gente”, sin darse cuenta de que, a pocos metros, las negociaciones para evitar el desalojo ya habían comenzado. En menos de 10 minutos, Chaudhry regresaba al portal con un papel rosa en el que se comprometía a entregar las llaves del piso en 15 días.
“Más no se puede estirar la cosa”, lamentaba el portavoz de la asociación vecinal 500x20, Antoni Tallades. Junto a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), su agrupación ya había evitado en dos ocasiones que la familia se quede en la calle, una en mayo y otra en junio de 2013.
Tallades explicó que el dueño de la vivienda reside en Francia y que alquila otros inmuebles en España. “Esta familia lleva tiempo pidiendo un alquiler social. Hace unos meses les ofrecieron un piso con escombros en la bañera y cristales rotos. Les exigían firmar un contrato de tres años. Hubiera costado una fortuna arreglarlo”, denunció. “Ayer, a última hora, les enseñaron un bajo de 35 metros cuadrados con una habitación... Pisos que no quieren ni las ratas”, añadió.
Chaudhry y López aseguraron que es una agencia inmobiliaria la que les ofrece viviendas. “Ni servicios sociales ni el Ayuntamiento hacen nada por nosotros. Catalunya Caixa, tiene alquileres sociales pero sus pisos son una pocilga”, denunció López. Recordó que han entrado tres veces en la mesa de emergencia del Ayuntamiento de Barcelona, que trata las cuestiones de vivienda más urgentes, pero que desestimaron sus solicitudes “por no cumplir los requisitos”, sin especificar cuáles.
Una vez confirmada la paralización, los manifestantes dieron la vuelta a la manzana para detenerse frente a un bloque de viviendas de obra nueva, donde una pintada denunciaba: “Trias, aquí hay pisos vacíos”. Luego, se dirigieron a la sede del distrito entre los gritos de “¿Qué pasa? ¡Qué no tenemos casa!”. Allí se les unió Chaudhry, que entre saludos y felicitaciones, evitaba responder a la pregunta de dónde dormirá dentro de 15 días.
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