El PSC ahonda su división interna
Tres diputados votan a favor y se desmarcan del no que defiende la dirección El PSC les da de plazo hasta el lunes para que renuncien al acta y estos se niegan
El difícil equilibrio interno en el que ha vivido el PSC desde que Artur Mas lanzó su órdago soberanista ha finalizado este jueves en ruptura. Tres de los 20 diputados socialistas -la exconsejera de Salud Marina Geli, Núria Ventura y Joan Ignasi Elena- han votado a favor de solicitar al Congreso la petición para celebrar una consulta sobre la independencia y se han alinearon con CiU, Esquerra e ICV. Su gesto se suma al del alcalde de Lleida, Àngel Ros, que renunció a su escaño el miércoles para no tener que romper la disciplina del grupo parlamentario.
La votación abre la peor crisis del PSC desde la fundación del partido en 1978, pues es la primera vez que unos diputados votan de manera frontalmente distinta a lo que propugnaba la dirección y a lo que hicieron el resto de diputados.
Las discrepancias internas y las distintas sensibilidades en el socialismo catalán siempre se habían reconducido y habían acabado en un punto de encuentro, pero la dirección ha reaccionado con un gesto sin precedentes y les ha pedido a los tres diputados que entreguen el acta. Estos han replicado que no pensaban hacerlo. El plazo que se les ha concedido es hasta el próximo lunes. Si se mantienen en su negativa intervendrá la comisión de garantías y adoptará medidas disciplinarias.
Una de las que se baraja es la expulsión del partido, lo que agravaría la hemorragia interna que el proceso soberanista está causando en el PSC.
“Si el PSC no es plural no será PSC. Nosotros no rompemos la unidad del partido, sino que defendemos el pluralismo”, ha proclamado Marina Geli. Los tres diputados críticos forman parte del sector catalanista del PSC y uno de ellos, Joan Ignasi Elena, le disputó el liderazgo a Pere Navarro en el congreso de diciembre de 2011 y logró un 25% del voto de los delegados.
Dos de ellos, además, pertenecen a la ejecutiva del PSC, y tampoco tienen intención de abandonarla. Rocío Martínez-Sampere, otra diputada que también discrepa del criterio de la dirección, aceptó finalmente la disciplina de voto, pero dimitió de manera definitiva de la ejecutiva. La diputada se presentará a las primarias del PSC para elegir al alcaldable de Barcelona y el reglamento interno ya la obligaba a abandonar ese cargo de manera temporal.
El sector catalanista del que forman parte los diputados críticos tiene una amplia implantación en las comarcas del interior de Cataluña, donde sus alcaldes y concejales han apoyado mociones muy parecidas a las que ayer aprobó el Parlament. Nada más acabar la votación, un grupo de 122 militantes y cuadros del sector catalanista han hecho público un manifiesto en apoyo de los diputados críticos y reclamando al PSC que se sume al bloque soberanista del Parlament. Entre los firmantes figuran cuatro exconsejeros de la Generalitat.
“El socialismo catalán, más allá de los parámetros que impone el nacionalismo español, hegemónico en España, creemos que solo puede estar al lado de la opinión central y mayoritaria del pueblo de Cataluña”, dice el manifiesto, en el que también se critica la “falta de sentido de la realidad de algunos dirigentes” del PSC.
La dirección, por el contrario, esgrime que la decisión de votar no la adoptó el 17 de noviembre, el consejo nacional del PSC, máximo órgano entre congresos. Antonio Balmón, secretario de acción política del PSC, arremetió ayer contra los diputados críticos. “Hay gente que no está por sumar. No se puede usar de forma perversa la confianza que te ha entregado el partido”, dijo. Balmón animó a los tres diputados a seguir el ejemplo de Àngel Ros y dejar el escaño. “Todo esto crea un efecto perverso, porque siempre estamos diferenciando entre buenos y malos”, añadió.
El portavoz parlamentario del PSC, Maurici Lucena, ha defendido el no de su partido y ha esgrimido la propuesta de reforma federal para rechazar que los socialistas se sitúen en el mismo bando que PP y Ciutadans. Por eso ha reclamado a los diputados de CiU, Esquerra e ICV que digan en público lo mismo que piensan en privado y calificó de “trágala” la votación de ayer, al considerar que contenía una “elevada dosis de impostura”.
Los tres diputados del PSC que se han descolgado, además de Ros y de Martínez-Sampere, ya rompieron la disciplina de voto hace un año, cuando se aprobó la declaración soberanista que suspendió el Tribunal Constitucional. Entonces no participaron en la votación y desobedecieron un acuerdo del grupo parlamentario y de la ejecutiva. Su actuación se saldó con una multa. Una medida que ahora se descarta por completo.
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