El PP de Fabra vuelve a impregnar de política el programa escolar
Anuncia clases de cultura del pueblo valenciano tras descartar las de fórmula 1
Si el PP valenciano ya vivía horas bajas en sus perspectivas electorales cuando Alberto Fabra apagó Canal 9, desde entonces la tendencia se ha acentuado. En ese contexto el Gobierno valenciano ha anunciado una nueva asignatura en primaria: cultura del pueblo valenciano. Lo hace dentro del margen que la LOMCE ha dejado a las autonomías, el mismo que permitirá al Gobierno andaluz recuperar los contenidos de Educación para la Ciudadanía, eliminados por la misma ley. Si en el título la asignatura ya denotaba una fuerte carga identitaria, sus promotores la relacionan con “el ADN cultural del pueblo valenciano” y con “promover la defensa de lo valenciano”, justo un flanco abierto con el cierre de la radiotelevisión autonómica.
Por si había dudas sobre el sello político del anuncio, la consejera de Educación, María José Català, lo hizo el pasado mes de diciembre en Lo Rat Penat, la sede de la entidad más representativa del secesionismo lingüístico —sector que niega que el valenciano y el catalán sean la misma lengua— y la reforzó en una reunión con la comisión de Señas de Identidad del PP y Nuevas Generaciones.
La iniciativa volvió a poner de relieve el uso de las materias escolares como argumento y munición política, en el que ningún Gobierno ha llegado tan lejos como el de Francisco Camps. Más de tres años duró su pugna por impartir Educación para la Ciudadanía en inglés, aunque para ello requiriera un traductor en clase. Esta estrategia hizo famoso a su consejero Alejandro Font de Mora, que se rebautizó para la contienda como Fountain of Blackberry y no solo fue el paladín de la confrontación con el Ejecutivo central socialista, sino que puso en pie de guerra a toda la comunidad educativa como nadie antes. Cuando en los institutos de secundaria aún no habían digerido lo de Citizenship Studies, él mismo sorprendió a los asistentes a unas jornadas sobre plurilingüismo, organizadas por la enseñanza privada, con el anuncio de la implantación del chino como materia optativa en secundaria. Era una asignatura ausente del currículum escolar y sin profesorado para impartirla. La justicia tumbó finalmente ambas ocurrencias.
Nuevas enseñanzas
El Gobierno de Camps no dejó pasar la oportunidad de ligar anuncios de nuevas enseñanzas a la política de grandes eventos, en este caso a través de la Formación Profesional. Dos meses antes de que en agosto de 2008 Valencia estrenara el circuito urbano de fórmula 1 y cuatro antes de que se inaugurara la sede alicantina de la Volvo Ocean Race, Font de Mora anunció en el Parlamento autónomo “la introducción de especialidades sobre embarcaciones de recreo” en Alicante y de “automoción de competición para la fórmula 1”, porque es, dijo, “lo que la sociedad va demandando”.
Cinco años después, Valencia se ha quedado sin F-1 y, en su última visita al complejo educativo de Cheste, la consejera de Educación prefirió una foto en un helicóptero vinculado a la formación profesional en Aviónica. Nadie se atrevió a bromear sobre aeropuertos sin aviones.
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