Trias justifica la subida de la tarjeta T-10 por la deuda de 500 millones de TMB
El alcalde culpa de la situación a la falta de inversión del Estado
La culpa del aumento de precio de la tarjeta T-10 de transporte público es del Estado y de los anteriores gobiernos municipales, según aseguró este martes el alcalde de Barcelona, Xavier Trias. La Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) anunció el lunes los precios para 2014 y avanzó que la T-10, que es la más utilizada, subirá un 5,1% y pasará a costar 10,30 euros. El billete sencillo de metro, autobús y tranvía subirá un 7,5% y pasará a costar 2,15 euros. Estos aumentos están muy por encima de la casi plana tasa de inflación.
El alcalde Trias recordó que Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) debe 500 millones de euros y criticó que esta deuda es culpa de la reducción de aportaciones del Estado para los transportes metropolitanos. El alcalde participó en la inauguración de la nueva sede del Centro de Servicios Sociales del Poble Sec, y a preguntas de los periodistas aseguró que la medida no le crea “ningún entusiasmo” y que ha sido una decisión compleja. Trias afirmó que acumular toda esta deuda “fue un gravísimo error” y que no se puede continuar generando endeudamiento pensando en que ya lo pagarán “los nietos”.
La tarjeta pasará a costar 10,30 euros y el billete sencillo llegará a los 2,15
El alcalde explicó que quiere reunirse en los próximos meses con el ministro de Hacienda y Administraciones, Cristóbal Montoro, para “cuadrar los números de los próximos 20 años” del transporte público barcelonés. “No vale escabullirse”, dijo Trias, que se mostró confiado en que las instituciones lograrán acordar este plan en el que “todas las Administraciones deberán aumentar su aportación; no puede ser que solo aumente su aportación el Ayuntamiento”.
La fuerte subida del precio del transporte público y la justificación del alcalde contrastan con algunas políticas que afectan al transporte privado en Barcelona y que van en la dirección contraria. Es el caso de las áreas verdes de aparcamiento, donde los vecinos que no tengan multas pueden estacionar gratis, desde que cambió el gobierno municipal.
La decisión de la ATM provocó las críticas de partidos y sindicatos. Desde el PSC, el diputado Jordi Terrades denunció “una clara falta de sensibilidad social” por parte del ejecutivo de Artur Mas y recordó que durante los gobiernos del tripartito de izquierdas nunca se subieron los precios del transporte público por encima del IPC.
Los socialistas criticaron que la medida desincentivará el uso del transporte público en un momento en que Barcelona “padece problemas de polución”. El sindicato CC OO también criticó el aumento y subrayó que “se está castigando a la inmensa mayoría de los usuarios de la tarifa integrada” y especialmente a los sectores más débiles de la sociedad.
A nivel municipal, el PP consideró igualmente “abusivo” el incremento del precio del transporte público, que bautizó como el “tarjetazo”. El concejal popular Oscar Ramírez criticó que el aumento “se convierte en una disuasión añadida a los usuarios habituales”.
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