Siete concejales de Santiago, ante el juez
El alcalde acude a los juzgados para apoyar a sus ediles Están imputados por aprobar que el Ayuntamiento pague la defensa a otro compañero
La vida municipal de Santiago, cuyo gobierno del PP está asediado por cuatro sumarios de corrupción en los que están imputados diez de sus 13 concejales, se trasladó ayer del Pazo de Raxoi a los juzgados. Allí declararon ante el juez siete ediles populares imputados por ratificar un acuerdo en la junta de goberno para que se pagase con fondos públicos la defensa del responsable de Deportes, Adrián Varela, implicado en la Operación Pokémon, que investiga una trama de sobornos a políticos a cambio de contratas municipales. El alcalde Ángel Currás, acusado también en el caso Pokémon, acudió a acompañar a su equipo en las comparecencias.
La portavoz de la junta de gobierno de Santiago, María Pardo, afirmó a la salida de los juzgados de Fontiñas que confía en el archivo de la causa abierta contra ella y otros seis concejales. Pardo está imputada por un supuesto delito de prevaricación. La causa por pago de la defensa de un edil con fondos de las arcas locales se suma a otros tres sumarios por corrupción abiertos en la ciudad contra el equipo de gobierno. Además de diez de los 13 ediles del gobierno, están imputados el exalcalde Gerardo Conde Roa, condenado además a dos años de cárcel por fraude fiscal; el que fue jefe de gabinete de este último, Ángel Espadas; y el exconcejal Albino Vázquez Aldrey, que dimitió tras pagar la fianza para evitar la cárcel.
Defensa de Feijóo
Mientras los concejales compostelanos declaraban ante el juez como imputados, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, salió en su defensa. Feijóo alegó que los ediles aprobaron el pago del abogado de su compañero con dinero público basándose en “informes favorables” de los técnicos “competentes” del Ayuntamiento.
El presidente del PP gallego manifestó una preocupación contenida sobre la insólita situación judicial en la que se encuentran sus concejales en Santiago, una actitud que se transformó radicalmente cuando se le preguntó por el conflicto en el gobierno socialista de Ourense, dividido en dos sectores enfrentados. En ese caso, Feijóo tachó de “dantesca y patética” la crisis, se confesó preocupado por la ciudad y aseguró que tiene él más respeto por el regidor ourensano que sus propios ediles.
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