Erkoreka replica con Gürtel a las críticas del PP sobre ‘homenajes’ a presos

Los homenajes o recibimientos a presos de ETA excarcelados como consecuencia de la derogación de la doctrina Parot y los rebrotes de kale borroka han elevado el tono en el pleno de control al Gobierno celebrado este viernes en el Parlamento de Vitoria.

El portavoz del PP, Borja Sémper, ha acusado a su homólogo del Gobierno, Josu Erkoreka, de un “intento de frivolidad” al señalar que los recibimientos que se están produciendo en Euskadi pueden ser en realidad recibimientos “calurosos” de los familiares a sus seres queridos. Sus palabras han enfadado a Erkoreka, que ha asegurado que no permitirá ese tipo de acusaciones por parte del PP. El portavoz del Ejecutivo ha señalado que es necesario diferenciar entre una “acogida calurosa a un familiar” y la “exaltación del delito que ese familiar cometió”.

Así, ha realizado un paralelismo con los casos de corrupción que azotan al PP en otras regiones de España y se ha preguntado si acaso el hecho de que “un presidente de una comunidad autónoma que coge el teléfono para hablar con su amiguito del alma”, en referencia al expresidente valenciano Francisco Camps, y a uno de los cabecillas de la trama Gürtel, Álvaro Pérez, es “exaltar el delito” que esa persona cometió. Su comparación ha generado los reproches desde la bancada del PP y una pequeña discusión entre Urkullu y Erkoreka con el popular Carmelo Barrio, que ha acudido a sus escaños a reprocharles sus palabras.

Erkoreka ha aprovechado para tildar de “ridículo” la actuación del PP con los homenajes —ha recordado las críticas de la fiscalía de la Audiencia Nacional a los informes remitidos por el delegado del Gobierno en Euskadi, Carlos Urquijo— y con su gestión del tiempo tras la derogación de la doctrina Parot, entendiendo la “incomodidad” del PP ante las víctimas y los “vientos que uno mismo ha provocado”. “Están sobreactuando de una manera escandalosa”, ha zanjado Erkoreka.

Ambos portavoces han proseguido después su debate público en la sala de prensa del Parlamento, con sendas ruedas de prensa.

Todo ello mientras el pleno avanzaba en su labor de control al Ejecutivo, en el que varias de las preguntas han estado relacionadas con la kale borroka. La consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, ha explicado a los escasos parlamentarios presentes que este año se han registrado 200 actos de violencia callejera, muchos casos contra bancos. 14 de ellos han sido notificados a la Audiencia Nacional por contar con "indicios" de que podrían ser casos de kale borroka. La consejera ha acusado al PP, que le ha preguntado por ello y le ha acusado de no hacer lo suficiente, de "utilizar la Ertzaintza como arma arrojadiza" contra el Ejecutivo. "Cuestionar la preocupación permanente de la Ertzaintza, hablar de intolerancia, de inacción, es poco menos que acusar de prevaricación" a la policía autonómica, ha reprochado.

Por otro lado, el lehendakari, Iñigo Urkullu, ha negado que haya presentado al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, un plan de excarcelación de presos de ETA. A preguntas del parlamentario de UPyD, Gorka Maneiro, quien ha denunciado el “secretismo y la opacidad” del lehendakari sobre las dos reuniones privadas celebradas con el presidente del Gobierno en el año que lleva en el Ejecutivo, Urkullu ha asegurado que lo único que ha puesto sobre la mesa, junto con análisis y propuestas de otros muchos asuntos, son “reflexiones y aportaciones basadas en análisis de la situación, en la aplicación de la política penitenciaria ordinaria” a los presos de la banda, pero siempre “de acuerdo al ordenamiento jurídico”.

Urkullu ha asegurado que se ha “tergiversado” lo que presentó a Rajoy y ha recordado que su plan de paz incluye la memoria, la reparación de las víctimas, el programa de reinserción de presos Hitzeman, pero “no se habla de excarcelaciones”. Maneiro ha respondido acusando al Ejecutivo de que “hablan cada vez más como los batasunos [refiriéndose a las palabras de Erkoreka sobre una política penitenciaria que se está aplicando de manera “vengativa”]; les preocupan más los presos que las víctimas del terrorismo”.