Desigualdades y preguntas
En todos los ámbitos de la vida tenemos la posibilidad de describir las realidades o los resultados, con dos tipos de mediciones distintas, lo que popularmente conocemos como “valores absolutos” o “valores relativos”. Dicho de otro modo, un fenómeno se puede observar y calificar de forma aislada o de forma comparativa con otros. Algo está frio o caliente según con qué lo comparas. Excepto en los casos extremos, creo que en los temas que afectan directamente a las personas, la percepción y las actitudes están más influidas por los valores relativos, comparados con los que le rodean, que por los absolutos. Alguien con unos ingresos equivalentes a 400 euros al mes ¿se siente pobre o se siente rico? Seguramente pobre si vive en Roma pero rico si vive en Bombay…
Desigualdades. En la vida económica y social, hemos de evitar confundir pobreza con desigualdad. Puede haber sociedades ricas y muy desiguales, y otras menos ricas pero más igualitarias; y posiblemente estas últimas estén mucho más cohesionadas que las primeras. Cada vez es más importante que, para describir en términos económicos la situación de un país, no nos limitemos a conocer su renta per cápita; hay que complementarla con algún índice que retrate su nivel de desigualdad interna, y sobre todo observar si los aumentos de la riqueza colectiva suponen, o no, una disminución de la desigualdad. Es de esto de lo que, con preocupación, quiero hablar.
Entre los índices más usados para medir la desigualdad en un país están el de Ginni, y el TOP 10. Éste es una cifra que indica el porcentaje de la renta total que es ingresada por el 10% de los ciudadanos con mayor renta. Un índice 50 significa que el 10% de los más ricos se apropia de la mitad de todas las rentas generadas, mientras el 90% restante se ha de repartir la otra mitad.
Varios economistas han descrito la historia de la economía americana y de algunos países europeos durante el siglo XX, desde este ángulo. Los datos siguientes se refieren a USA porque son los que dispongo, pero sabemos por otras fuentes que lo que ha estado ocurriendo en muchos países europeos ha sido relativamente similar.
Tras la liberalización financiera, se elevó la diferencia entre ricos y pobres hasta los niveles en que estaba en el ‘crack’ del 29
Los primeros años del siglo, el TOP1O americano osciló alrededor de los 40 puntos. Durante la década de ‘los felices 20’, mientras la economía crecía notablemente, la desigualdad también aumentó y el índice fue creciendo hasta llegar a 50 en 1929. Fue cuando se produjo el ‘crack de la bolsa” que condujo a la ‘gran depresión”. Las políticas keynesianas y redistributivas de Roosevelt lo hicieron retroceder nuevamente hasta 33 en cuyo entorno se movió durante más de treinta años, hasta el inicio de los años 80. Fue un largo período con crecimiento y sin aumento de la desigualdad. (En Europa, es la época del Estado del Bienestar y de los ‘treinta gloriosos’).
Con Reagan y Tatcher llegó el fuerte impulso de liberalización y el predominio de la economía financiera. Desde entonces el índice ha vuelto a subir de forma constante alcanzando nuevamente en 2007 la cota de 50. Es decir, unos veinte años de crecimiento bastante sostenido pero con gran aumento de la desigualdad. Finalmente, en el 2008 explotó la crisis financiera que ha provocado una fuerte recesión, con especial dureza en Europa, y cuyos efectos todavía no han desaparecido.
Preguntas. Si comparamos en un gráfico lo que ocurrió en los años 20 y lo que ha ocurrido entre 1995 y 2007 observamos una gran cantidad de similitudes, que invitan a comentarios y a interrogantes que nos deberían hacer reflexionar: ¿Podríamos pensar que la cota de 50 puntos en el TOP10 marca una línea roja simbólica de lo que las sociedades desarrolladas pueden tolerar, sin que se produzcan desajustes económicos y convulsiones sociales? ¿La crisis por exceso de endeudamiento fue la consecuencia del intento de ocultar, a base de proporcionar crédito a la clase media, el desequilibrio creciente entre salarios y beneficios, o entre economía real y financiera? ¿Es tolerable que en España, durante el período 1995-2007 se haya visto un crecimiento del PIB dos puntos por encima del resto de la UE, y al mismo tiempo haya aumentado la desigualdad hasta pasar a convertirse en el tercer país más desigual de Europa?
En un sentido más sociológico: ¿hay un paralelismo entre las causas que permitieron, durante los años 30, la aparición de regímenes totalitarios en Europa, especialmente en Alemania, Italia y España, y el actual crecimiento de tendencias populistas, demagógicas y hasta neonazis?
Gracias a la existencia de la UE, son descartables nuevos enfrentamientos armados, pero ¿no hay que pensar seriamente en la necesidad de dar cauces de salida a la creciente indignación que está fraguando en nuestras sociedades? ¿Cómo podemos evitar que la próxima década no tenga algunos rasgos como los que caracterizaron el horrible período entre 1935 y 1945? Hoy tenemos muchas más herramientas y recursos para ello, pero parece que no los queremos utilizar.
Joan Majó, ingeniero y ex ministro.
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