Muere un inmigrante ‘sin techo’ que buscaba trabajo en la aceituna
Albergues de Jaén limitan la estancia a dos días por la masiva afluencia
Un inmigrante que buscaba trabajo en la campaña de recogida de la aceituna en Jaén ha muerto después de varios días durmiendo en la calle. La víctima, un ciudadano magrebí de unos 40 años, sufrió un paro cardíaco el pasado sábado cuando se encontraba refugiado en el interior de un vehículo en la avenida de la Paz de Villanueva del Arzobispo, uno de los municipios con mayor concentración de trabajadores foráneos durante la campaña oleícola.
Fuentes municipales y sanitarias han confirmado a este periódico que el inmigrante fue trasladado por otros compañeros hasta el centro de salud villanovense, donde se le intentó reanimar. Posteriormente, debido a su gravedad fue trasladado en una ambulancia del 061 hasta el hospital San Juan de la Cruz de Úbeda, pero cuando llegó a este centro ya había fallecido. El cadáver fue trasladado hasta el Instituto de Medicina Legal y Forense de la capital jiennene para que le sea practicada la autopsia. El Juzgado de Instrucción número 3 de Jaén, que ha estado de guardia durante todo el puente festivo, no había abierto todavía este lunes las diligencias para la identificación del fallecido y, en su caso, su enterramiento.
La autopsia determinará si la parada cardiorespiratoria le sobrevino a consecuencia de una hipotermia o si, por el contrario, se debió a otra patología. Las fuentes consultadas por este periódico han precisado que el inmigrante llevaba al menos una semana durmiendo en el interior de su vehículo al no encontrar plaza en el albergue para temporeros de Villanueva del Arzobispo.
Y es que, las perspectivas de una cosecha de aceituna histórica han traído hasta la provincia de Jaén a centenares de inmigrantes en busca de un jornal en alguno de los tajos. Aunque los 24 albergues para temporeros que hay en la provincia están abiertos en su totalidad desde la semana pasada, sus 800 plazas son insuficientes para atender la avalancha de trabajadores extranjeros.
Es el caso, por ejemplo, de Villanueva del Arzobispo, donde su albergue, de 40 plazas, ha estado completo todas las noches desde que se abrió el pasado 29 de noviembre, tal y como confirmó su alcalde, Gabriel Fajardo. Algo más del 10% del censo de este municipio de unos 9.000 habitantes son inmigrantes empadronados en este lugar y que utilizan como epicentro para moverse durante todo el año por otras campañas agrícolas en otros puntos del país. Por eso, el alcalde villanovense, tras admitir la insuficiencia de las plazas del albergue, cree que la mayoría de los inmigrantes encuentran refugio estos días en casas que otros compatriotas suyos tienen en el municipio.
A la insuficiencia de plazas en los albergues hay que sumar que muchos de ellos limitan la estancia de los temporeros a solo dos días —lo habitual otros años eran tres o cinco días, como es la recomendación del Foro de la Inmigración— para dar posibilidad a más personas a alojarse en estos centros, donde también se les ofrecen dos comidas calientes al día. Dos días de estancia son los que ofrece el albergue de Villanueva, al igual que la mayoría de los ubicados en las comarcas de La Loma y Las Villas, sin duda el punto de mayor aglomeración de temporeros. En municipios como Úbeda, Torreperogil, Villacarrillo, Villanueva del Arzobispo o Beas de Segura son habituales las escenas de inmigrantes calentándose en la calle con hogueras.
Precisamente, las organizaciones sociales alertan de que muchos inmigrantes siguen durmiendo en Úbeda a la intemperie, refugiados entre mantas y cartones en pasajes comerciales, por la insuficiencia de plazas del albergue y por la negativa del alcalde a permitir el alojamiento en el pabellón de deportes.
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