Fabra, un líder cuestionado en el PP
La idea del relevo cobra fuerza entre los críticos ante la perspectiva de derrota El presidente, tras lograr el apoyo al cierre de RTVV, sigue fiel a su guión
Las malas expectativas electorales del PP en la Comunidad Valenciana han intensificado en las últimas semanas las conversaciones entre los dirigentes críticos con la gestión del presidente de la Generalitat y de la dirección regional del partido, Alberto Fabra, para intentar forzar su relevo antes de que acabe la legislatura.
Si Fabra no quiere que le ocurra como a Julio César, tendrá que estar muy pendiente de los idus de marzo, porque las maniobras para confeccionar la candidatura del PP al Parlamento Europeo, primero, y los resultados que se obtengan en las urnas, después, pueden acabar por decantar el fiel de la balanza del lado del jefe del Consell o del de sus críticos. El pasado mes de septiembre, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, en la cena de inicio de curso del PP valenciano, ya alertó de la importancia de las elecciones europeas para el futuro del Consell.
Distintas fuentes del PP admiten que la mala gestión del presidente de la Generalitat en el cierre de Ràdio Televisió Valenciana (RTVV) ha reavivado los conciliábulos en los que, desde hace meses, se habla abiertamente de buscar una alternativa a Fabra. Unas conversaciones en las que de algún modo habrían participado el presidente provincial de Valencia, Alfonso Rus; la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá; el presidente de las Cortes, Juan Cotino; y el ministro de Asuntos Exteriores. Y de las que habrían hecho partícipes, de manera discreta, a más de un consejero del propio Gabinete de Fabra y a la delegada del Gobierno, Paula Sánchez de León, según fuentes populares.
El problema para impulsar el relevo está en la alternativa a Fabra. Los escenarios que plantean los críticos, si consiguen convencer al presidente de que se haga a un lado —y acepte continuar su carrera bien en el Parlamento Europeo, bien en el Senado— son dos.
Si fuese necesario buscar un liderazgo de transición, Barberá vuelve a ser el referente más demandado. Nadie cuestiona la autoridad de la alcaldesa de Valencia, pese a que en la encuesta de Metroscopia para EL PAÍS del pasado 9 d’Octubre, quedó un punto por detrás de Fabra en las preferencias de los ciudadanos. Un escenario que permitiría ganar tiempo para buscar un cartel renovado con el que intentar remontar los malos augurios de los sondeos electorales y que podría abrir la puerta a otras alternativas como las consejeras de Educación, María José Catalá, o de Infraestructuras, Isabel Bonig.
El segundo escenario, consistente en la búsqueda de un relevo que remonte la situación y se consolide como cartel en los comicios de 2015, tiene más complicaciones. Nombres como los de Rus o el del actual vicepresidente del Consell, José Ciscar, que se han barajado, despiertan importantes recelos.
En el PP admiten que Fabra actuó con habilidad al lograr el respaldo de todo el partido, incluido el de Rus y Barberá, a la decisión de cerrar Canal 9. Cuestión distinta, señalan cargos populares, es la gestión del proceso, que ha evidenciado la descoordinación en el Con- sell.
En este contexto, el presidente no descartaría mover algunas fichas del Consell para frenar a los críticos e intentar consolidarse como candidato en los comicios autonómicos de 2015. En el epicentro de esa supuesta remodelación estaría Ciscar, cuyas relaciones con Fabra se han enfriado en los últimos meses por el caso de las filtraciones de Presidencia (el contrato del coach y la difusión de otros documentos internos) y la gestión de RTVV.
Más atención de Ciscar a Alicante
A los movimientos internos del Consell ayudaría que Ciscar pretende dedicar más atención al PP en la provincia de Alicante del que es su presidente para reforzar la organización ante unas elecciones municipales que se prevén claves para mantener la Generalitat.
En Presidencia han insistido en las últimas semanas en que el jefe del Consell no piensa variar el guión que se marcó porque está convencido de que si no adopta cuantas medidas sean necesarias para afrontar la crisis, por duras que sean, será imposible que el PP revalide la mayoría en 2015. Además, destacan la buena acogida que tuvo su discurso en Madrid, donde pronunció una conferencia la semana pasada presentado por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Una opinión que no todos comparten. El sector crítico con Fabra minusvalora el discurso del presidente de la Generalitat y destaca la falta de calor que demostró Rajoy. Aunque ahora, la preocupación de Fabra se centra en cerrar filas para frenar a una oposición envalentonada que ha llevado a la calle su exigencia de elecciones anticipadas y que le ha comido la moral a los populares.
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