El enredo de la Alhambra
El Ayuntamiento de Granada y el Patronato del monumento descargan uno sobre el otro la responsabilidad de generar recursos para rehabilitar el barrio morisco del Albaicín
En el Albaicín, las callejuelas, plazas y cármenes compiten por mostrar las mejores vistas de la Alhambra. Y, desde las torres y murallas de la Alhambra, la mayoría de miradas de los turistas se dirigen al Albaicín. El barrio morisco de Granada no se entiende sin la Alhambra y viceversa. Pero la Alhambra, además de ser como un hermano mayor del barrio más famoso de Granada, también es el hermano rico. Al monumento, gestionado por un patronato perteneciente a la Junta de Andalucía, no le falta dinero para mantener una conservación impoluta. Si se rompe un mosaico de sus paredes, se arregla inmediatamente. Sin embargo, el Albaicín se va degradando lentamente ante la falta recursos de las administraciones públicas.
El alcalde de Granada, José Torres Hurtado, ha planteado que la Alhambra suba el precio de su entrada un 15%, dos euros, y que el dinero que se recaude con ese aumento se destine, cada año, a la rehabilitación del Albaicín. Una iniciativa que está provocando el enésimo desencuentro entre la Junta y el ayuntamiento de la capital. Torres Hurtado defiende su propuesta: “No repercute en la Alhambra” porque “no se trata de quitarle de lo que ya está cobrando”. El alcalde cree que deben ser los visitantes de la Alhambra, que también disfrutan del Albaicín, los que contribuyan con ese sobreprecio de la entrada a costear la rehabilitación del barrio, inscrito en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco en 1994 como ampliación de la Alhambra y el Generalife, que cuentan con ese pedigrí desde 1984. “La propia declaración de Patrimonio Mundial prevé que la generación económica del patrimonio se debe reinvertir en el patrimonio”, argumenta el alcalde.
La propuesta de Torres Hurtado ha sido tomada por sus compañeros del PP, que la presentará en el Parlamento andaluz en busca de apoyos políticos para que el Gobierno de la Junta la lleve a efecto a través del Patronato de la Alhambra. El PP calcula que, subiendo dos euros la entrada general al monumento (actualmente de 13 euros, pero que subir a 14 a partir del uno de enero del año que viene), se podrían recaudar 4,6 millones de euros cada año para el Albaicín. Aunque la cifra real sería menor si se tiene en cuenta que, según datos de la memoria anual de la Alhambra de 2012, la entrada general fue adquirida por 1,95 millones de visitantes, por lo que si cada uno pagara esos dos euros de más, la cantidad recaudada no llegaría a los cuatro millones de euros. Habría que incrementar también el resto de entradas al recinto (visita nocturna, al Generalife, etc.), cuyos precios son menores.
El PP sostiene que ese incremento de dos euros no impediría que la Alhambra, con un precio de la entrada a 16 euros, siguiera siendo “uno de los monumentos más baratos de Europa”, según palabras del concejal de Cultura de la capital, Juan García Montero, recogidas por Europa Press, y repetidas hace unos días por el alcalde. Pero, si se echa un vistazo a las tarifas de otros monumentos y atractivos turísticos del nivel de los palacios nazaríes, no es así. La entrada al Coliseo de Roma cuesta actualmente 12 euros y subir a la Torre Eiffel (hasta la cima), 14,50 euros. Y en España, la entrada general al Museo del Prado vale 14 euros y solo la Sagrada Familia, si se opta por la visita que incluye la subida a las torres, que cuesta 19,30 euros (la entrada a la basílica vale 14,80), supera esos 16 euros de hipotética tarifa de la Alhambra.
La idea del alcalde es que el dinero del sobreprecio de dos euros se destine, de forma finalista, a la Agencia Albaicín, organismo municipal que gestiona el patrimonio del barrio, o a cualquier otra entidad que se cree para que acometa actuaciones de rehabilitación. Sin embargo, ni el Patronato de la Alhambra ni la Junta, al que pertenece, parecen estar dispuestos a asumir la propuesta. La directora del Patronato, Mar Villafranca, dice que destinar dinero de las entradas de forma finalista al Albaicín es técnicamente, “inviable”, porque “habría que cambiar los estatutos del patronato y la Ley de Hacienda”. Villafranca cree que hay “otras fórmulas para conseguir dinero para el Albaicín” y propone, por ejemplo, que el Ayuntamiento destine a rehabilitación el dinero que obtiene en el barrio del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). Tomando como referencia las 5.800 viviendas que componen el Albaicín y los 325 euros de recibo medio del IBI en la ciudad (según datos de la Cámara de Cuentas referidos a 2.011), saldrían algo menos de dos millones de euros al año, la mitad de lo que se obtendría con los dos euros de sobreprecio de las entradas a la Alhambra.
Patronato de la Alhambra y Ayuntamiento se lanzan mutuamente la responsabilidad que supone obtener dinero para el Albaicín en una polémica que, para el presidente del Centro Unesco de Andalucía, Ángel Bañuelos, resulta “absurda”, porque “se habla de dinero, pero no de qué se va a hacer con él”, afirma. “Primero las administraciones públicas deberían sentarse a hablar para ponerse de acuerdo en las necesidades del barrio (acabar con las pintadas, eliminar el cableado, proteger y restaurar los inmuebles más valiosos...), cuantificar la inversión necesaria para ello y después buscar esas fórmulas con las que obtener el dinero”, plantea.
Un tren para salvar mil metros
Apenas mil metros separan el centro de Granada de la Alhambra. Pero el alcalde de la ciudad cree que ese escaso kilómetro siempre ha sido una distancia insalvable para que la ciudad rentabilice adecuadamente los 2,2 millones de turistas que cada año visitan el monumento. El Patronato de la Alhambra asegura que el 75% de los visitantes pernocta en la ciudad, pero el acalde, Torres Hurtado, no se lo cree y después de proponer un ascensor en la colina que soporta la Alhambra para facilitar el tránsito de turistas a la ciudad, se ha contentado con un pequeño tren turístico que, a partir del cinco de diciembre, conectará el monumento con el centro histórico y el Albaicín. El tren, con capacidad para 60 personas, arrancará con una frecuencia de 20 minutos de 9.30 a 18.30, de manera diaria, aunque a partir de mitad de marzo y hasta mitad de octubre —temporada alta en el monumento— partirá cada 15 minutos entre 9.00 y 20.15. Si el vehículo completara su capacidad máxima de pasajeros en cada trayecto podría llevar al centro de Granada a unos 900.000 turistas al año, casi un 40% del total de visitantes de la Alhambra. Sin embargo, el objetivo inicial para el tren es más modesto, de unos 200.000 usuarios en el primer año. Con ello, el Ayuntamiento espera que el comercio y la hostelería local se beneficien en mayor medida del flujo turístico del monumento.
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