_
_
_
_

200 empleados de Tragsa se afanan en limpiar las calles de Madrid

Los trabajadores, la mayoría contratados a través de una ETT, han desempeñado su labor sin incidentes

F. Javier Barroso
Un policía municipal escolta a trabajadores de Tragsa.
Un policía municipal escolta a trabajadores de Tragsa.KIKE PARA

A las cuatro de la madrugada, los primeros operarios de la empresa pública Tragsa han salido a limpiar los puntos más sucios del centro de la capital tras 12 días de huelga en la recogida de limpieza viaria. Los trabajadores han sido escoltados por un fuerte despliegue de Policía Municipal para evitar que las acciones de los piqueteros les impidieran hacer su cometido. Las bajas temperaturas y el preacuerdo entre las empresas y los sindicatos han frenado cualquier incidente.

El Templo de Debod y la plaza de Legazpi han sido los dos puntos elegidos para efectuar el despliegue por la parte central de la ciudad, que es la que más suciedad acumulaba. Hasta allí llegaron los camiones de Tragsa, que han salido escoltados desde su sede, en el kilómetro 6,800 de la autovía de Toledo, en Leganés. A partir de ahí las cuadrillas se han desplegado por las cuadrículas en que se sectorizó la ciudad. Llamaba la atención que todo el material empleado, como escobas, cepillos y capazos, estaban nuevos, al igual que los trajes amarillo reflectantes de los trabajadores. Un total de 90 pertenece a Tragsa, dependiente del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, mientras que los otros 110 han sido contratados a través de una empresa de trabajo temporal (Ranstad). Es el caso de Edison Albarracín, un ecuatoriano que lleva 15 años en España, y que entregó su currículum hace una semana. Por trabajar durante 10 horas cobra 90 euros. “Por lo menos tengo una oportunidad para ganar algo de dinero después de llevar más de dos años en paro”, explica este operario vecino de Ascao, casado y con dos hijos. “La pena es que no sabemos cuánto va a durar. Tenemos un contrato de fin de obra y estaremos aquí hasta que se acabe de limpiar Madrid o se solucione el conflicto”, añadía esta madrugada.

La madrugada se ha presentado en la capital especialmente desapacible. A las bajas temperaturas se ha unido un viento que acrecentaba la sensación de frío. Los operarios han ido protegidos con gafas y con todo tipo de ropas para aguantar las bajas temperaturas como gorros y pasamontañas. Las cuadrillas han avanzado despacio dada la gran cantidad de desperdicios que había tirados en las calles. En las vías más pequeñas solo han entrado camionetas contratadas para la ocasión. “Yo he venido gracias a un compañero que me ha llamado. Me dedico a recoger papel y cartón y esto es algo conocido para nosotros”, comentaba el conductor de un pequeño camión, Víctor Manuel Ramírez, que ha  trabajado de cuatro de la madrugada a once de la mañana. “No sabemos lo que durará esto”, matizaba a renglón seguido.

Los camiones se han llenado con especial rapidez. Las calles han acumulado miles y miles de kilos de basura de todo tipo, en especial en algunos puntos, como los alrededores de los contenedores. “Tira, tira para adelante y que todo lo que hay aquí se lo lleve el camión de atrás que es más grande”, gritaba a las seis de la mañana un operario de Tragsa en la calle del Ave María, en pleno Lavapiés. Cuando los vehículos estaban repletos, han salido escoltados por los coches policiales hasta los puntos de encuentro, donde había tráilers para recoger la mayor cantidad posible de suciedad. En otras ocasiones se han utilizado otro tipo de camiones, los que iban cargados con contenedores. Estos se han dedicado a las calles más anchas, como ha ocurrido en la plaza de Tirso de Molina. Estos han ido directamente al vertedero de Valdemingómez, lo que retrasaba la limpieza unos 20 minutos hasta que regresaba el camión al lugar.

Las calles tras el paso de las brigadas no han quedado limpias. Tan solo se acababa con los puntos más grandes, ya que otras zonas como los bordillos o los lugares cercanos a las fachadas de los edificios continuaban con suciedad.

Poco a poco, un sol radiante ha roto la oscuridad de la madrugada. Su llegada ha estado acompañada de un mayor frío y de la apertura de los negocios. “Es una vergüenza cómo han dejado todo esto. Los turistas se han marchado y nos han dejado sin clientes en una zona tan emblemática como es El Rastro. Como el pasado sábado fue festivo, hubo dos días seguidos y la plaza se llenó de desperdicios. Los visitantes preferían irse a otros puntos como Toledo o Segovia, por lo que ha mermado mucho el negocio”, protestaba Raúl, el dueño de una cafetería en la plaza de Cascorro. Un vecino de la zona se ha declarado “indignado” y con ganas de echarse a llorar por ver a su ciudad, como madrileño de pro, con un aspecto tan deplorable: “No es justo que Madrid, con lo que es, tenga que dar esta imagen tan deplorable”.

La llegada del sol ha hecho que la ciudad ganara en personas por la calle. A las diez de la mañana unos diez operarios se han afanado en dejar el inicio de la Gran Vía sin suciedad, mientras cuatro policías municipales vigilaban desde sus coches. A los pocos minutos, se han desplazado a la plaza de Vázquez de Mella, en pleno barrio de Chueca, que estaba hecha un auténtico estercolero. En ese momento, 17 operarios han llenado en menos de cinco minutos un contenedor con toda clase de desperdicios y basura acumulada. Hablar de separar para reciclar en ese momento resultaba una utopía. Después continuaron por el resto de la plaza, que estaba regada de botellas y de vasos, entre otros restos de basura.

Fuentes municipales han explicado que el dispositivo se mantendrá hasta que la ciudad quedé bastante aseada o los trabajadores cesen la huelga. Como muy pronto estos servicios, trabajarán hasta este lunes. “Con este servicio de limpieza el Ayuntamiento solo está cubriendo los servicios mínimos fijados y que se han incumplido de manera sistemática desde el inicio de la huelga indefinida. El servicio se mantendrá hasta que los paros queden oficialmente desconvocados”, han señalado estas fuentes. Eso supone que los 200 operarios de Tragsa y más de 600 policías municipales estarán a pleno rendimiento hasta que se ponga fin a los paros que hoy cumplen su día número 13º.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_