Mas se resigna a continuar el proceso soberanista sin el PSC
El presidente catalán arremete contra los socialistas por “bajarse del barco"
El consenso político en Cataluña, el punto fuerte que Artur Mas siempre ha exhibido para impulsar el proceso soberanista, se resquebraja por momentos sin que el Gobierno de CiU vea cómo impedirlo. El rechazo del PSC a continuar junto a Convergència i Unió, Esquerra Republicana e Iniciativa impulsando el referéndum de autodeterminación debilita el proceso soberanista. Así lo admitieron ayer el Gobierno catalán y el propio Mas, quien se mostró fastidiado por la decisión de los socialistas y dijo “no entender nada” de lo que pasa en el PSC. Sin embargo, Mas está dispuesto a continuar hacia adelante, consciente de que las bases nacionalistas no le perdonarían renunciar en este momento.
El desmarque de los socialistas catalanes lo oficializó el pasado lunes su portavoz parlamentario, Maurici Lucena, al negarse a apoyar la petición del Parlamento catalán para que el Gobierno transfiera a la Generalitat la competencia para convocar referéndums al amparo del artículo 150.2 de la Constitución. El dirigente socialista considera que “cualquier cosa que no emane de un acuerdo previo entre los Gobiernos no llegará a buen puerto”.
Los argumentos del PSC han caído como un jarro de agua fría en el Gobierno de Mas, quien ayer finalizó un viaje oficial de cuatro días a Israel. Y es que el Gobierno de CiU considera que esta petición de transferencia de competencias, utilizada anteriormente para que la Generalitat asumiera, por ejemplo, la gestión del tráfico, es una vía para un posible entendimiento entre Mas y Mariano Rajoy. Justamente, el PSC siempre ha supeditado su apoyo a la consulta a que esta fuera pactada con el Gobierno.
Por esa razón, el presidente catalán abandonó su habitual moderación con los socialistas en este asunto para lanzar una crítica feroz. “No entiendo nada de lo que pasa en el PSC”, dijo Mas. “Se bajan del barco justo ahora que este iba hacia donde ellos querían”, dijo. Al mismo tiempo, aseguró que el partido que lidera Pere Navarro está “desnortado” y “desorientado”.
En la práctica, el desmarque del PSC implica dos cosas. A corto plazo, cuando el Parlamento catalán vote la petición que trasladará al Congreso ya no se visualizará el apoyo de cerca de un 80% de la Cámara autonómica con el que se han aprobado hasta ahora todas las decisiones relevantes del proceso soberanista. En segundo lugar, cuando el Congreso debata la petición del Parlamento autonómico, el previsible rechazo de PP, UPyD y del conjunto de los diputados socialistas, incluidos los del PSC, formará una mayoría arrolladora contra la petición del Parlamento catalán.
Ante las voces del PP que ya piden insistentemente que el proyecto de Mas sea tratado en el Congreso como el Plan Ibarretxe, el presidente catalán imploró ayer a socialistas y populares a que eleven la mirada. “A ver si, a diferencia de lo que ocurrió con Ibarretxe, ahora las fuerzas políticas españolas escuchan las reivindicaciones pacíficas y democráticas del pueblo catalán”, dijo.
El objetivo de Mas ahora es que no haya nuevas bajas en el bloque favorable a la consulta. En CiU algunos ven peligrar también el apoyo de Iniciativa per Catalunya si Convergència y Esquerra insisten en reducir la cuestión a una pregunta de independencia sí o no. Por esta razón, Mas está volviendo a insistir estos días en hablar de “Estado propio” para Cataluña, la fórmula con la que CiU concurrió a las autonómicas y que le permite evitar hablar directamente de independencia. Ayer, en Israel, el presidente catalán utilizó esta fórmula para defender el proceso soberanista ante el presidente Simón Peres, que le recibió por espacio de 50 minutos.
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