Capital del mundo jondo

Córdoba acoge del 10 al 30 de noviembre su Concurso Nacional de Arte Flamenco (CNAF). Se trata de la vigésima edición de esta cita que, por su carácter trienal, alcanza ya los 57 años de existencia. Su nacimiento, en 1956, está considerado como uno de los acontecimientos que contribuyeron a marcar un punto de inflexión en este arte, que a mediados del siglo pasado comenzaría lo que se ha dado en llamar su etapa de revalorización. La edición en 1954 de la Antología de Hispavox, dirigida por el guitarrista Perico del Lunar, y la publicación un año después del libro Flamencología, del autor hispano argentino Anselmo González-Climent, son otros de los hechos que se suelen citar en este cambio de tendencia.

No en vano se cuenta que el efecto que esa obra produjo en el poeta cordobés Ricardo Molina fue lo le que llevó a proponer al entonces alcalde de la ciudad, Antonio Cruz Conde, la celebración de este evento, que en su primera denominación, Concurso Nacional de Cante Jondo, evocaría el que en 1922 promovieron, entre otros intelectuales, Manuel de Falla y Federico García Lorca. También de este tomaría parte de su filosofía al aspirar a rescatar una llamada “pureza tradicional”.

Pero el certamen abandonó esa denominación en su cuarta edición (1965) y la dinámica de los hechos terminó imponiendo al concurso su propia naturaleza e identidad: un evento fundamental para la dignificación del arte flamenco y para la consideración artística y profesional de sus intérpretes. Una cita por la que pasarían todos los grandes artistas ya fuera para revelarse, consagrarse o, puede que también, para hacerse con las suculentas dotaciones económicas de sus premios. Un paseo por los premiados de sus 20 ediciones proporciona casi una historia del flamenco de la segunda mitad del siglo XX: Fosforito (el primer ganador), Fernanda y Bernarda de Utrera, Paquera de Jerez, Lebrijano, José Menese, Luis de Córdoba y José Mercé, entre los ganadores de cante. Matilde Coral, Merche Esmeralda, Paco Laberinto, Mario Maya, Javier Latorre, Joaquín Grilo, Antonio El Pipa o Eva Yerbabuena (aunque se negase a recoger su premio) entre los de baile. Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar, Víctor Monge Serranito, Paco Cepero, Merengue de Córdoba, Paco Peña, Vicente Amigo o José Antonio Rodríguez, entre los de guitarra.

Desde su nacimiento, el CNAF se ubicó en el mes de mayo para engrandecer el Festival de los Patios Cordobeses, pero ha sido la pujanza de esta celebración la que ha terminado por situar el concurso en noviembre. Así ocurre desde la pasada edición de 2010, año en el que también se produjo un importante cambio en las bases y configuración de los premios.

De los repartidos galardones que evocaban a históricos intérpretes, a un solo ganador por disciplina —cante, toque y baile—, este año se han establecido también dotaciones para los segundos premios y para los finalistas. Los aspirantes alcanzan en esta edición la cifra de 117 y, entre las tres disciplinas a concurso, es el cante el que reúne un mayor número de participantes (66), seguido del baile (42) y de la guitarra (9). Unos y otros se someterán a los criterios de un jurado compuesto por nueve prestigiosos artistas de lo jondo.

En el cante, estará compuesto por Antonio Fernández Díaz Fosforito, Manuel Moreno Maya El Pele y Mayte Martín. Para enjuiciar el baile estarán José Antonio Ruiz, Merche Esmeralda y Javier Barón. La guitarra, por fin, tendrá un jurado formado por los maestros Manolo Sanlúcar, Víctor Monge Serranito y Manolo Franco.

Coincidiendo con los días de la fase de selección del CNAF, el Palacio de Congresos de la ciudad acogerá durante los días 14, 15 y 16 de noviembre la celebración del II Congreso Internacional de Flamenco con el lema Flamenco, patrimonio andaluz al mundo. Organizado por el Instituto Andaluz de Flamenco, este cónclave quiere incidir “en la industria asociada al flamenco y en la vertiente cultural y educativa del arte identitario andaluz”.

Se debatirán así aspectos como el mercado internacional del flamenco; las ayudas, patrocinios y mecenazgos; la presencia del flamenco en los medios de comunicación a escala internacional y la creación y captación de nuevos públicos. Artistas, profesionales y periodistas formarán parte de las mesas que integran un congreso que va precedido de unas Jornadas de Educación y Flamenco, y que se complementa con la celebración de la Feria de Industrias Culturales y con una programación de espectáculos paralela que, además de para los congresistas, estará abierta al público.